A unos pocos kilómetros de la ciudad de Colonia Liebig, entre campos de yerbatales, está oculta la «Cachuerita», el salto de mayor altura de caída en Corrientes. Su nombre sería una variación de la expresión portuguesa «cachoeira» que significa cascada.
El Ministerio de Turismo de la Provincia, en el marco de la campaña de promoción «Corrientes naturalmente mágica» para estas vacaciones de invierno, invitó a un grupo de periodistas a descubrir los rincones, las reliquias y las historias escondidas a lo largo del Corredor Jesuítico Guaraní.
La primera parada fue Colonia Liebig, una ciudad «heterogénea, fuerte y generosa». De esa manera la describió el secretario de Turismo Marcelo Maidana a EL LIBERTADOR durante el recorrido que se realizó por la plaza principal, calles y paseos, donde la impronta de los inmigrantes es visible en su arquitectura así como enraizada en su cultura, junto con el legado guaraní.
Al tomar el camino hacia las afueras de la ciudad, el paisaje de yerbatales fue la mejor representación de esa convivencia entre la herencia guaraní del cultivo de esta planta y el esfuerzo de los inmigrantes alemanes, a los que luego se sumaron paraguayos y brasileros para potenciarlo.
Entre estos, el Salto Cachuerita a la vera del camino, uno de los principales atractivos naturales más reconocidos de Colonia Liebig. No sería el único en la provincia, uno de menor altura estaría en Mocoretá.
El cauce corre entre montes en galería, donde según contaron unas vecinas hace unos años se ahogó un vecino del lugar y para que su cuerpo pudiera ser hallado, familiares colocaron una palanga con agua y una vela donde comienza el salto. Milagrosamente, de acuerdo al relato, el cuerpo apareció.