En una sala José Hernández colmada, el Gobierno de la Provincia, a través del Instituto de Cultura, realizó el Acto Oficial de Corrientes en la 48ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que se centró en rendir homenaje a la figura de Julián Zini y resaltar el importante aporte que hizo a la cultura popular y, en particular, a la proyección del chamamé.
El presidente del Instituto de Cultura, Gabriel Romero, y el presidente de la Academia Nacional del Folklore, maestro José Luis Castiñeira de Dios, fueron los encargados de rendir homenaje al chamamecero y portavoz de la cultura correntina.
La música estuvo presente con el recitado del poemario póstumo «Raíces del alma», a cargo de José Lezcano, acompañado por «Tato Ramírez» y Tono Barberan.
“Quiero destacar la importancia de que el Gobierno de la Provincia sostenga la presencia en esta Feria. Significa para nosotros apostar al circuito virtuoso que incluye al escritor, el editor, la librería, el lector y también el apoyo a las bibliotecas populares. Es una defensa fundamental que hay que sostener, que significa no sólo hablar de cultura, identidad e historia, sino fortalecer ese engranaje muy importante que es la industria editorial. Estamos de ese lado, y vamos a seguir defendiendo la importancia que tiene”, resaltó, el presidente del Instituto de Cultura, Gabriel Romero.
Señaló además que este año, Corrientes cuenta con el stand “Avío del alma”, en el pabellón Ocre, que da visibilidad a más de 260 títulos de 180 autores correntinos. Lo que aseguró es posible gracias al “gran trabajo de todo el equipo de producción del Instituto de Cultura y la colaboración de la Casa de Corrientes en Buenos Aires”.
El presidente de la Academia Nacional del Folklore, maestro José Luis Castiñeira de Dios dijo que era “un honor que se me haya pedido hablar en esta presentación de una figura tan central para la cultura popular correntina y argentina, no puedo dejar de pensar, cuando pienso en Julián Zini, en esas aperturas de la Fiesta Nacional del Chamamé, en las cuales representaba esa dualidad tan particular que tiene el correntino de vincular una tradición indígena ancestral del mundo guaranítico con la huella de la cristianización y la religiosidad que de ella deviene”.