La falta de inversión en la infraestructura energética en Argentina ha sido un tema recurrente en los últimos años, y los recientes cortes de luz han puesto en evidencia la gravedad de esta situación.
El lunes pasado, un tercio del país se vio afectado por un masivo apagón, que dejó a varias provincias a oscuras.
Las causas de este colapso están relacionadas con la caída de seis líneas de alta tensión, que son responsables de transportar la energía desde los puntos de generación hasta las estaciones de distribución.
A pesar de los aumentos tarifarios en la electricidad, el gobierno no ha destinado recursos significativos para mejorar el sistema eléctrico.
Las líneas de alta tensión son fundamentales para el funcionamiento del sistema eléctrico, ya que transportan hasta 500 KV de energía, la cual se conecta con las líneas de menor voltaje que distribuyen la electricidad a los hogares e industrias.
La caída de estas líneas en diversas regiones del país, incluyendo Corrientes, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Catamarca, Córdoba y La Rioja, generó un apagón generalizado que dejó a millones de argentinos sin energía eléctrica.
EL CONTEXTO DE LOS CORTES Y LA FALTA DE MEDIDAS A LARGO PLAZO
Especialistas recuerdan que los problemas en el sistema eléctrico argentino no son nuevos. Sin embargo, lo que ha causado mayor preocupación es la decisión del gobierno de postergar el proyecto AMBA I, una obra clave que tenía como objetivo descomprimir y readecuar las centrales de General Rodríguez y La Plata.
Esta obra, cuyo costo proyectado era de 1.200 millones de dólares, estaba pensada para resolver de manera sostenible la creciente demanda energética del país en las próximas décadas.
En lugar de seguir adelante con este proyecto, CAMMESA (la empresa que administra el mercado eléctrico mayorista) optó por comprar baterías de litio por un valor de 1.000 millones de dólares, que tienen una vida útil de apenas cinco años.
Este tipo de decisiones ha sido duramente criticado por especialistas del sector energético, que consideran que la inversión en baterías no resuelve los problemas estructurales del sistema, como lo haría una planta de generación nueva.
La falta de inversión en infraestructura crítica pone en riesgo la estabilidad del sistema eléctrico, especialmente en momentos de alta demanda.
LAS CONSECUENCIAS DE LOS RECORTES Y LA FALTA DE PLANIFICACIÓN
A pesar de que la demanda eléctrica había alcanzado un pico histórico de 29.653 MW el 1° de febrero de 2024, el lunes pasado el sistema solo llegó a 28.584 MW, antes de que se produjera el corte de luz. Esto demuestra que el colapso no se debió a un aumento desmesurado en el consumo, sino a las fallas en la infraestructura de transmisión.
Además, el gobierno desfinanció el Fondo Fiduciario para el Transporte Eléctrico Federal, una herramienta clave creada para financiar obras de ampliación de la red eléctrica de alta tensión.
A esto se suman otras decisiones, como la cancelación del Plan Federal de Transporte aprobado en 2023, que proyectaba la incorporación de 5.000 kilómetros adicionales a la red eléctrica del país.
En medio de esta crisis, la administración de la energía ha tenido que buscar soluciones temporales, como la contratación de buques turcos y la posibilidad de repartir «pilas gigantes» para evitar los cortes. Sin embargo, estas medidas no resuelven el problema de fondo y solo prolongan una crisis que parece no tener fin.
EL IMPACTO DE LAS TARIFAS Y EL RECLAMO DE LOS GOBERNADORES
La falta de inversión en infraestructura también ha tenido un impacto en las tarifas de electricidad. En varias provincias, las tarifas han aumentado considerablemente, lo que ha generado una fuerte preocupación entre los ciudadanos.
En diciembre pasado, el gobernador Gustavo Valdés, destacó que las tarifas de luz están «muy abultadas» debido al valor que pone CAMMESA, lo que genera un impacto negativo en el bolsillo de los consumidores.
Valdés también señaló que muchos correntinos no pueden hacer frente a los costos de la electricidad, y criticó la falta de compensaciones o subsidios que ayuden a mitigar estos aumentos.
Además, el mandatario volvió a reclamar por las regalías de Yacyretá, un tema que ha sido fuente de tensiones con el gobierno nacional.
El gobernador recordó que la provincia es una de las principales generadoras de energía, pero no recibe una compensación justa por la utilización de sus recursos naturales.
Además, destacó que la distribución de energía no es equitativa, ya que las provincias generadoras, como Corrientes, deben pagar por el servicio de transporte eléctrico, lo que no considera justo.