Yabirú, es una marca que se especializa en la producción de ropa para el público infantil. Pero no cualquier tipo de prendas, sino de aquellas que son capaces de guardar los mejores recuerdos. Esa fue la idea que dio origen a la aventura que después terminó viviendo Virginia Romero Peart, su fundadora. Y su primer producto fueron las bombachas de campo, que hasta el día de hoy se posicionan como las más elegidas.
Para entender la historia que tiene como protagonista a sus hijos, quienes además son los modelos que lucen las prendas. Primero, hay que comenzar con Virginia y con el campo. El cual siempre tuvo un lugar especial para ella. «Vengo de una familia tradicional de mayordomos. Mi papá fue mayordomo de una empresa internacional, inglesa. Y junto a mis hermanos nos criamos en el campo», comenzó contando. Esa infancia al aire libre y en contacto directo con la naturaleza les permitió conocer el Litoral. Es válido aclarar que aunque se definió como correntina, también señaló que es un poco entrerriana. También tuvieron la oportunidad de vivir en Santa Fe y el Chaco.
Cuando llegó el momento de empezar a escribir su propio destino, decidió estudiar Administración de Empresas y también la carrera de Contador Público. Profesión que hasta el día de hoy práctica y está pensando en dejar para dedicarse por completo a su marca. Y como su esposo también está vinculado con el campo, se asentaron en el corazón de la provincia, Mercedes. Y con el tiempo llegaron sus hijos, Joaquín y Pilar, de 8 y 4 años.
REPRESENTACIÓN
Virginia todavía recuerda con claridad cómo fue que surgió su proyecto. «Un día estaba sentada cerca del río Miriñay y mi hija estaba conmigo», precisó. Y agregó que un carpincho y un yacaré también fueron parte de esa escena. Y de repente le invadió un pensamiento -de esos que llegan sin aviso- y empezó a preguntarse: «¿Por qué la ropa de mi hija tiene la estampa de una jirafa y no algo relacionado con la fauna autóctona?».
«Me adentré en un rubro del que no sabía absolutamente nada y era un poco loco contarle a la gente sobre hacer bombachas de campo con estampas de animales», comentó. El primer paso fue empezar a investigar, después consiguió una ilustradora que plasmara su idea. Porque «yo quería representar a los animales tal cual eran, y de la manera en que se presentaban en sus entornos naturales», resaltó.
DESAFÍOS
Fue aprendiendo a partir del ensayo y del error, hasta que logró dar con un producto resistente y cómodo. Que sea apto para el clima de la provincia.
«Tuve mucha suerte, porque la verdad es que se trata de un rubro muy cerrado», admitió. Y resaltó que por lo general es «un poco mezquino porque se tiende a no compartir detalles o dónde están los talleres».
Además, consideró que su propuesta rompió con el molde convencional que muchas veces está presente en los ambientes rurales. «Se acostumbra que la bombacha sea de un color sólido, y no que lleve estampas, menos animales», expresó.
Con el tiempo fue incorporando otros productos, como pijamas y calzas. En su gran mayoría, todo se produce con mano de obra correntina. Desde las modistas mercedeñas, hasta las ilustradoras.
Virginia dejó en claro que no sólo se trataba de hacer una prenda, sino de transmitir un mensaje.
Porque cada dibujo fue realizado por una ilustradora distinta. «Por ejemplo, los incendios fueron atroces para los animales, entonces quería representar que a pesar de eso, el ciclo de la vida puede volver a comenzar», detalló. Y mencionó que se inspiró a partir de ese video en el que se ve como unos peones están intentando ayudar a un yacaré dándole agua.
El amor por la fauna también puede notarse en el nombre de la marca. Yabirú, es un nombre que está inspirado en el Jabirú, una de las cigüeñas más grandes del mundo. Se caracteriza por ser un ave muy alta, con plumaje blanco.
Tiene la particularidad de que puede inflar su cuello de color rojo. Mientras que sobresale su cabeza y le continúa su gran pico negro.
Y su única manera de comunicarse es a través de los golpes que emite con él. Además, permanece unida a su pareja de por vida, con la que construye grandes nidos.
Esta ave habita México; Paraguay; Uruguay y el Norte de Argentina. Y una pareja se estableció en uno de los árboles de la entrada de la estancia de Virginia.
Recuerda que cuando los vio quedó plasmada por su imponencia. Por una cuestión de marca, se modificó ligeramente el nombre.
REINVENTARSE
La pandemia fue un evento sin precedentes, que golpeó con fuerza a muchos emprendimientos. Durante ese tiempo, Yabirú tuvo que interrumpir su producción y comercialización.
«Aproveché ese momento para seguir aprendiendo sobre esta industria», subrayó.
Y mencionó con énfasis la palabra reinventarse, para eso empezó a compartir en sus redes sociales cómo era su cotidiano vivir. Las actividades y tareas que realizaban. Cómo sus hijos convivían pacíficamente con la naturaleza. «Los chicos saben que está prohibido maltratar o matar a un animal», aclaró.
Y también inició con la tienda online, lo que le permitió tener un mayor alcance.
Desde principios de 2022, dejó Mercedes y se trasladó a la ciudad de Corrientes. «Me mudé para seguir expandiendo mi negocio», comentó. Y sus productos también están en la tienda Con Alma Guaraní. Un espacio que reúne el trabajo de varias emprendedoras correntinas.
Para finalizar, dijo: «Mi pasión es transmitir lo que nosotros vivimos diariamente. Porque muchas veces se ve al hombre, pero no a la familia que está detrás. Existen muchas familias así».
.