Algunas personas en la región tienden a relativizar la importancia de cuidarse del calor. Es muy habitual escuchar decir: «Estamos acostumbrados a estas altas temperaturas», «no es para tanto, nuestro cuero está curtido», «somos como el yacaré», y decenas de frases más; acuñadas desde antaño, cuando nadie escuchaba ni leía hablar de las consecuencias del cambio climático.
Pero lo cierto es que, un golpe de calor no tratado puede ser fatal. Sin ánimo de ser alarmista, me parece oportuno, en circunstancias de una ola de calor en varias regiones de nuestro país, brindar una serie de recomendaciones, especialmente para personas mayores o que posean algún tipo de enfermedad. También es menester, lógicamente, cuidar a los niños, en cuanto a la exposición al sol. Todos sabemos que los parques y paseos son sus lugares predilectos, sin importar horarios.
¿QUÉ ES UN GOLPE DE CALOR?
Básicamente, y sin entrar en conceptos técnicos para su comprensión, es el exceso de calor en el cuerpo, que requiere de intervención inmediata para regularlo. Por lo general, la temperatura alcanza los 40°C o más, con una serie de síntomas como: mareos, dolor de cabeza, desmayo, entre otros.
¿POR QUÉ REQUIERE TRATAMIENTO URGENTE?
Porque puede afectar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones, los músculos; con alto riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte. Y ello no es un concepto extremo o exagerado. Es lo que ocurre cuando no se toman las medidas necesarias para que la persona que lo sufre pueda recuperar una temperatura corporal normal.
Muchos pacientes que sufren de enfermedades coronarias u otras patologías consultan sobre aumentar su medicación, pastillas antihipertensivas, por ejemplo; o sus coagulantes, a modo de prevención de un golpe de calor. En esos casos, respondo que la acción más eficaz y hasta mágica es muy simple: no exponerse al sol, de 11 a 16, e hidratarse. Es comprensible la preocupación de quienes deben salir a realizar trámites impostergables en ese horario, en días como los de enero en los que se registró 45°C a la sombra, y que señalan expertos, pueden repetirse hasta entrado el otoño; pero debe quedar claro: la medicación es un tema exclusivo de paciente-médico que no puede ser reemplazado por consultas a Google, por más práctica y económica que resulte. Modificar sin criterio médico la dosis de cualquier pastilla puede ser contraproducente y hasta mortal.
Hay que tener en cuenta también que el sistema circulatorio, por lo general, se ve afectado en verano, por la pérdida de líquidos (sudor) y la falta de costumbre de beber agua, lo que hace que baje el volumen de líquidos del torrente circulatorio. Ello significa una circulación más lenta, que puede tener consecuencias cardiovasculares. La falta de termorregulación y la deshidratación es un combo peligroso. De hecho, las principales causas de mortalidad durante las olas de calor se relacionan con las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, además de respiratorias. La deshidratación produce lo que se llama: hemoconcentración, lo que favorece los accidentes tromboembólicos. Mucho cuidado, entonces.
MEDIDAS DE PREVENSIÓN
Para evitar el golpe de calor es primordial la hidratación. Tomar agua, aunque no se tenga sed. Dos litros, distribuidos a lo largo de la jornada. Ampliar la dosis si está bajo el sol, además de cubrirse la cabeza con sombrero, sombrilla, gorra o similares.
Algunos de mis pacientes me dicen que toman mate o bebidas azucaradas porque no les gusta el agua. Yo les recomiendo en esos casos: seguir con esa costumbre e ir incorporando el vital líquido de manera progresiva hasta lograr incorporarlo por completo. «¡Vamos que se puede!» Aliento ese desafío, cotidianamente.
Es fundamental vestir prendas livianas, no realizar esfuerzos extremos y mantenerse fresco. No olvide llevar una dieta sana, equilibrada en grasas y azúcares. Los ejercicios físicos pueden realizarse en horas tempranas a la mañana o por la noche, evitando el mediodía y siesta. Tener en cuenta que el calor dentro de un vehículo aumenta. No a las largas colas de autos para cruzar desde Encarnación a Posadas (cinco horas de larga espera bajo el sol, comentan los que fueron). Recuerde que hay otros medios de transporte: tren y colectivos equipados con refrigeración. Busque la comodidad. No es egoísta querer estar bien. Es sentido común.
¿QUÉ SE SIENTE ANTE UN GOLPE DE CALOR?
Puede comenzar con cansancio, leves mareos, baja presión arterial o taquicardia, contracturas musculares o calambres (síntomas de la deshidratación).
Puede presentarse también convulsiones o pérdida total del conocimiento. Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, la primera recomendación es la hidratación e intentar regular el cuerpo con paños fríos; si no fuera factible, una ducha.
Si le ocurriera a alguien en lugar público, llamar al servicio de emergencias y colaborar con la persona llevándola a un lugar fresco, preferiblemente tranquilo.
Inmediatamente, se debe sacar el exceso de ropa (sacos, camisa sobre la remera, medias).
Colocar compresas de hielo o toallas húmedas y frías sobre la cabeza, cuello, axilas y la ingle. Recuerde siempre: es un acto de amor propio, cuidarse, protegerse. El sol es nuestro mayor aliado para la buena salud, pero puede convertirse en enemigo si lo permitimos. Disfrutemos lo que queda del verano con precaución. Hasta la próxima.
* MP 6.306 - Resistencia, Chaco
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