La localidad de Curuzú Cuatiá celebró por lo alto a su patrona, Nuestra Señora del Pilar, con gran cantidad de fieles que se acercaron a mostrar su fe.
La jornada se inició con el tradicional saludo de la imagen de Nuestra Señora del Pilar a las 0, frente a un grupo exultante de fieles que se acercó a las puertas de la parroquia dedicada a la Patrona. Luego, dieron lugar a la primera bailanta de celebración.
Por la mañana, empezaron varias actividades en lo que fue el esperado día de la Patrona: a las 6, llegó el momento del rezo del Rosario de la Aurora; luego, desde las 10, se administró el Sacramento del Bautismo; posteriormente, a las 10, se realizó una misa, en la que se bendijo a los aspirantes a cabo de Policía de la quinta promoción de la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral.
Además, hubo bautismos, bendiciones de agua y vehículos y un emotivo homenaje de las agrupaciones tradicionalistas frente al templo parroquial. Para concluir las tareas de la mañana, se invitó a toda la comunidad a compartir un almuerzo, como es habitual en la celebración patronal.
A las 18, comenzó la procesión desde la plaza General Paz hacia la parroquia donde se celebró la misa central, con un templo repleto. Al finalizar, se iniciaron los festejos presididos por el obispo, monseñor Adolfo Canecín.
Entre aquellas actividades mencionadas, cabe indicar la celebración con las comunidades rurales, como las de Basualdo, Parada Acuña, Espinillo y Pairirí, asimismo del Municipio de Cazadores Correntinos.
FINAL DE
LA NOVENA
En lo que fue la noche final de la Novena previa a la Fiesta Patronal, la parroquia de Nuestra Señora del Pilar recibió a una multitud de personas en espera de la ansiada salida de la imagen para saludar a los fieles.
Cuando se hicieron las 00, finalmente salió al atrio de la Iglesia, ornamentada para ingresar al Salón San Antonio, y allí los feligreses rezaron en su honor, comenzando oficialmente el festejo.
Durante la misa, monseñor Adolfo Canecín centró su homilía en el mensaje de la figura de «María, madre y hermana». «Pidamos al Señor la gracia de experimentar la paternidad de Dios, la maternidad de María y su fraternidad y de esa forma ser reflejo de ello con los hermanos, dejando bajo su manto todas nuestras preocupaciones y alegrías», comentó.
En la celebración, además, se realizó una bendición especial y entrega de reconocimientos a los agentes pastorales históricos, personas de la tercera edad que pasaron por parroquias y capillas.
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