Las parasitosis gastrointestinales en ovinos suelen causar numerosos estragos en las majadas, conduciendo a pérdidas en animales tanto jóvenes como adultos y dificultando la reposición. El tratamiento clásico para solucionar esta problemática supone la aplicación de antiparasitarios. Sin embargo, su uso incorrecto provocó un aumento importante en la resistencia de estos parásitos.
Es por eso que, desde hace 12 años, un grupo de investigadores del Inta Mercedes, en la provincia de Corrientes, trabaja en el desarrollo de una alternativa de manejo que busca mejorar y reforzar el sistema inmune de los animales, para no tener que depender tanto de los medicamentos veterinarios.
«Desde hace muchos años se viene desparasitando mucho y, en general, mal. ¿Qué quiere decir esto? Que aplicás antiparasitarios que no los mataban. Ese problema es muy grave porque ningún inoculante parecía funcionar y las ovejas se morían. Por eso, ante la resistencia que los parásitos gastrointestinales produjeron, debimos buscar una alternativa. Optamos por hacer una selección de los animales genéticamente más resistentes», explicó la veterinaria e integrante del área de Sanidad Animal del Inta Mercedes, Bibiana Cetrá a Bichos de Campo.
DESPARASITARIOS
«Hicimos un trabajo de doce años, en el que confeccionamos un protocolo que año a año mejoramos y que funciona espectacular. Logramos animales con un sistema inmune superior, que permite que tengan menos parásitos y que por lo tanto haya menos pérdidas», agregó la investigadora.
Según Cetrá, los errores más comunes durante la aplicación de antiparasitarios, tienen que ver con la suministración de dosis incorrectas que no respeten el kilaje del animal. Una subdosificación no matará al parásito y por el contrario empezará a producir un acostumbramiento. También puede ocurrir que el producto aplicado no sea el correcto para un parásito específico.
«Por supuesto que cualquier antiparasitario a largo plazo va a producir resistencia, porque el parásito tratará de cambiar genéticamente para que el producto no le haga nada. Pero si vos lo usás bien, lo podrás aplicar durante más tiempo», explicó.
El objetivo de este trabajo, entonces, apuntó a mejorar el sistema inmune del animal para que no desarrolle larvas, o lo haga en menor cantidad, y por lo tanto haya menos huevos a campo.
PROTOCOLO
«Lo que hacemos es encerrar a los animales de la recría que queremos identificar, los desparasitamos, le inoculamos la misma cantidad de parásitos a todos y los tenemos encerrados juntos con la misma comida y condiciones», explicó Cetrá.
Y añadió: «Luego le sacamos muestras en distintos momentos (28, 35 y 42 días), y ahí vemos quiénes multiplicaron sus huevos en materia fecal y quiénes lo mantuvieron bajo o en cero, es decir que pudieron reprimir la multiplicación del parásito. Los que se mantuvieron bajos son los animales que finalmente elegimos para dejar en la majada».
«Lo ideal es que año a año, en el momento en que se hace la reposición, vayas dejando en tu majada los animales más resistentes», apuntó.
El protocolo ya comenzó a aplicarse en cabañas. «Compartimos el protocolo, comentando que funciona con un acompañamiento de la Ley Ovina de Corrientes, y hay algunos que dieron el sí. Ya hay personas aplicando esto desde hace tres años», contó.
En paralelo a los ensayos realizados por el Inta Mercedes, que giró en torno a la raza Corridale, otras estaciones están haciendo lo propio. El Inta Concepción del Uruguay realizó pruebas también en Corridale, y el Inta Balcarce y el Inta Paraná probaron con Texel.
«Lo que sigue es que los productores, los cabañeros y los veterinarios privados conozcan esto, lo aprendan y lo puedan llevar adelante en los distintos establecimientos interesados en mejorar su producción», concluyó Cetrá.
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