Gracias a una investigación que se inició en Corrientes, la Policía Federal Argentina, realizó allanamientos en viviendas de las ciudades bonaerenses de Tandil y Longchamps, donde funcionaban talleres dedicados a la fabricación y comercialización de cuchillos artesanales y otros elementos realizados con partes de animales silvestres, algunos en peligro de extinción, obtenidos a través de la caza furtiva ilegal.
La investigación comenzó a partir de la denuncia de autoridades del correo postal de la Ciudad de Sauce, Provincia de Corrientes, quienes detectaron el envío de grandes cantidades de astas de ciervo en una paquetería hacia domicilios de la Ciudad de Tandil y de Longchamps, radicando la denuncia ante la Unidad Fiscal de Investigaciones Rurales y Ambientales de Mercedes, a cargo del Gerardo Humberto Cabral, quien asignó la investigación al Departamento Delitos Ambientales de esta Institución.
De esta manera, a través de diversas investigaciones que llevaron adelante los efectivos de esta Fuerza, especializada en la materia ambiental, lograron dar no solo con los talleres ilegales en donde se realizaba la confección y armado de cuchillería artesanal y otros enseres con partes de fauna silvestre protegida, sino que también detectaron los canales de venta interprovincial por redes sociales, medios electrónicos y ferias, utilizados para la comercialización.
Con los resultados obtenidos, la Unidad Fiscal requirió formalmente al Juzgado de Garantías de Curuzú Cuatiá, a cargo de Martín José Vega, los allanamientos de los domicilios involucrados, logrando así librar exhortos a los Juzgados de Garantías N° 1 de Tandil y Juzgado de Garantías N° 4 de Lomas de Zamora, quienes en sus respectivas jurisdicciones convalidaron los allanamientos.
Asimismo, en Tandil se allanaron viviendas en donde se logró dar con un taller clandestino, donde justamente se encontraban trabajando al momento del operativo los investigados. Allí se incautó más de dos mil quinientas piezas de recortes de astas de ciervo axis, pezuñas de ñandú, y colitas de peludo o “mulita”, como también una pata entera de ciervo.
Por su parte en el domicilio de Longchamps, donde había dispuesto un taller de ensamblado de cuchillos con los cabos confeccionados con partes de fauna silvestre, se logró secuestrar unos doscientos cuchillos y otros enseres con cabos armados con partes de astas de ciervos axis, colas de mulitas, patas de ñandúes, partes de cuernos de antílopes de la india, como también diez cuernos enteros del mismo animal.
En ambos casos, el material incautado no contaba con documentación que acredite la obtención legítima, menos en el caso de las mulitas, que por hallarse en peligro de extinción está prohibida su caza y comercialización de productos y subproductos.
Los responsables quedaron a disposición de la Justicia, por el delito contemplado en la Ley 22.421 sobre la Protección de la Fauna Silvestre, estimándose que el valor del material incautado en el mercado negro ascendería a unos siete millones de pesos.