Vecinos de un barrio ubicado cerca del Perichón, se quejan de las constantes fiestas clandestinas que se realizan en una propiedad de la zona.
EL LIBERTADOR pudo saber que los habitantes del barrio Los Teros sufren todos los fines de semanas las consecuencias de las fiestas clandestinas que se realizan en un quincho que es alquilado para realizar eventos.
A las fiestas, que no estarían habilitadas por las autoridades, concurren gran cantidad de jóvenes sin ningún tipo de control ni protocolo.
En ese contexto, la música a todo volumen suele escucharse hasta pasadas las 7 de la mañana, lo que perturba el descanso de los habitantes del lugar y circulan por la zona gran cantidad de personas en estado de ebriedad a bordo de vehículos.