A partir de una investigación en provincias del norte del país detectaron poblaciones de mosquitos aedes aegypti resistentes a uno de los insecticidas más utilizados en las campañas públicas de fumigación.
Laura Harburguer, directora del estudio e investigadora del Conicet en el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa y en el Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas de Villa Martelli, dialogó con Radio UNNE y brindó detalles sobre la mutación genética detectada.
Relató que se recolectaron huevos de mosquitos en áreas epidemiológicas críticas en el norte argentino: Orán, Tartagal (Salta), Clorinda (Formosa) y Puerto Iguazú (Misiones); para ser criados en laboratorio hasta el estadío adulto y evaluar cómo se comportaban ante el uso de piretroides, una de las familias de insecticidas de uso más extendido en esta parte del país.
“Lo que encontramos es que estas cuatro poblaciones eran 10 veces más resistentes a este insecticida y detectamos esta mutación. Esto ya es conocido en otros países de Latinoamérica, está presente en México y en Brasil, pero es la primera vez que se registra en Argentina”, explicó la doctora en Biología.
Respecto a las causas de la resistencia, la directora del estudio indicó que se trata de una consecuencia de la extensión del uso de un mismo componente químico para realizar las fumigaciones de manera extendida y prolongada, pero que esto no implica que los piretroides no sean efectivos.
Sin embargo, recomendó que los municipios deben estar alertas ante este fenómeno y rotar el uso de los insecticidas, ya que cuando los mosquitos desarrollan resistencia, es muy difícil de revertir. Harburguer ejemplificó con el caso de las muestras tomadas en la localidad de Clorinda, donde más del 85% de los aedes aegypti resultaron con una triple mutación genética.
Harburguer indicó que, desde el punto de vista ecológico, no es viable aumentar la proporción de un mismo químico como método para eliminar al mosquito por su potencial toxicidad. Por este motivo, el equipo de trabajo utilizó otro compuesto, el pirimifosmetil, que tiene un modo diferente de acción y llegó a matar al 100% de los insectos.
“Es pirimifosmetil aún no está aprobado en Argentina, pero sí en varios países de Latinoamérica y está recomendado por la Organización Mundial de la Salud para su uso en el control de aedes aegypti. Esta sería una alternativa de control para reducir el vector del dengue en nuestro país”, puntualizó en conversaciones con la 99.7.
Ante la extensión y agravamiento de los brotes de Dengue, tanto en Argentina como en países limítrofes, Harburguer enfatizó que el uso de repelentes para evitar picaduras o de la vacunación para disminuir la sintomatología si se contrae la infección son medidas importantes, pero no reemplaza la primaria: el control del vector.
“Lo que se necesita es un manejo integrado. No podemos depender de una sola herramienta de control para el dengue. El insecticida o la aplicación de fumigación, está recomendada solamente para cuando tenemos una epidemia activa. Lo que hace el insecticida es bajar rápidamente la población del mosquito adulto que está volando y con eso evito que siga transmitiendo la enfermedad”, detalló la doctora.
“Tenemos que darle los menores recursos posibles para que la población del mosquito no aumente, a un punto que nos pueda transmitir la enfermedad. Lo que podemos hacer nosotros es eliminar todos los potenciales criaderos de nuestros hogares. Sea con el descacharrado, limpiando el agua de los floreros y los bebederos de los animales”, puntualizó la bióloga.
Recordó que los mosquitos colocan los huevos en las paredes de los recipientes, por lo que cambiar el agua no resulta suficiente. La recomendación es limpiar y cepillar las superficies para garantizar su eliminación: “Sabemos que esos huevos pueden resistir el invierno. Cuando llueva y vuelva a hacer calor, vamos a tener presencia del mosquito y esto hay que tenerlo siempre en cuenta”, concluyó.