Durante los meses de pandemia, los perros son compañeros incondicionales cuando se trata de seguir la consigna de Quédate en casa. Se estima que durante este tiempo, las adopciones aumentaron un 200 por ciento, según organizaciones proteccionistas y refugios que se dedican a luchar contra el abandono, el maltrato y el sufrimiento animal, informó Télam.
En la edición del lunes de EL LIBERTADOR, la referente de Pequeños Peludos Corrientes, Lorena Soto Berzzotti comentó el impacto que tuvo la pandemia en sus actividades como organización que se ocupa del rescate, tránsito, recuperación y adopción de los callejeros.
“Por un lado nos golpeó, ya que quienes más se ofrecían para hacer tránsito eran estudiantes que querían tener la compañía de un animal, sabiendo que no iba a ser por mucho tiempo por los viajes y demás. Cuando vinieron las restricciones, muchos se tuvieron que volver a sus pueblos y nosotros nos quedamos sin su gran ayuda. Pero, al mismo tiempo, el encierro hizo que la gente se sienta un poco sola y eso ayudó mucho en las adopciones”, explicó.
Adoptar no solo cambia la vida de un perro, sino también de las personas que se permiten la llegada de un ser que brinda amor leal y tiene una sonrisa con la lengua afuera todo el día. Pero quienes no pueden hacerlo, por las condiciones de vivienda o tener otras mascotas, pueden ayudar de otras maneras: el tránsito y el traslado. El tránsito consiste en la posibilidad a un animal de salir de la situación de calle, ofreciendo una casa donde puede alimentarse, descansar y ser atendido por un veterinario, hasta conseguirle una familia definitiva que lo adopte. Por otro lado, también se puede colaborar como voluntario de traslado y ser un puente entre la organización y el hogar de tránsito. Todas son maneras de acompañar de ayudarlos a llegar hasta el hogar donde recibirán amor y cuidado responsable.