Lorena Itatí Vega de 42 años, madre y abuela, nacida en Esquina, recibió una andanada de balazos en el abdomen dentro de su hogar, en la calle Juan B. Justo al 8600, a metros del arroyo Ludueña, en la zona noroeste de Rosario.
A los sicarios les habían pasado la información del objetivo vía WhatsApp: su hijo Álvaro de 21 años. Iban también las imágenes de Google Maps del lugar donde iban a encontrarlo y de la puerta de su casa, donde había instalado una casilla para poner su barbería.
El que disparó el 12 de noviembre pasado, a las 18.15, según los investigadores, fue Luis Fernando Lastra de 20 años, a quien acompañaba un adolescente de 14 años.
La misma casa había sido atacada a tiros en julio del año pasado. Entonces fueron seis disparos que dieron contra el frente de la propiedad y de un carrito de comidas rápidas.
SENTENCIA
Este martes se realizó la audiencia imputativa en el Centro de Justicia Penal de Rosario, donde la fiscal Gisela Paolicelli solicitó la prisión efectiva del tirador, la cual fue convalidada por la jueza Silvia Castelli, por un plazo de dos años.
El delito que le imputan contempla una pena de prisión perpetua por «homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria por el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor de edad, en grado consumado y portación ilegítima de arma de fuego de guerra en carácter de autor, en grado consumado, ambos en concurso real«.
El abogado José Nanni, defensor de Lastra, pidió que el joven quedara libre bajo fianza por $500.000 y que redujeran el plazo de prisión preventiva a 90 días, pero ambos requerimientos fueron rechazados.
Según las fuentes, el crimen por encargo se había gestado desde el penal de Piñero, en las afueras de Rosario, donde hay numerosos miembros de distintas bandas de tráfico de drogas al menudeo, entre ellas de Los Monos. El nombre de quien le fijó precio la cabeza a Álvaro se mantiene en reserva.
El 11 de noviembre último, Lastra y dos adolescentes de 14 y 15 años fueron hasta un lugar donde guardaban las armas de fuego, pero no pudieron concretar el hecho debido a que una no tenía cargador.
Al día siguiente, a las 18.15, el joven y el cómplice de menor edad se dirigieron en una moto Honda Twister blanca hasta la casa de Álvaro. Como no estaba, asesinaron a su mamá. Lastra recibió un pago de 90.000 pesos por el crimen.
OTRO HOMICIDIO
El chico de 14 años, horas después del crimen de Vega, iba a participar de otro caso impactante: el homicidio del policía Leoncio Bermúdez de 42 años en el Hospital Provincial, cuando fueron a rescatar a Gabriel Guillermo Lencina de 29 años, un detenido de la cárcel de Piñero que se estaba atendiendo allí por un cuadro de neumonía pulmonar.
El operativo, ocurrido en la noche del martes 14 de noviembre, se frustró y terminó en tragedia, con Bermúdez literalmente fusilado y dos personas con heridas de bala mientras acompañaban a familiares en la guardia.
Según confirmaron fuentes judiciales a Clarín, este adolescente está acusado de participar como «campana» en la puerta del centro de salud, junto a otro hombre.
A Lencina, preso desde 2013, lo ligan a Hernán Ramón «Lichi» Romero, señalado como jefe de un clan narco de Nuevo Alberdi, en la zona norte de la ciudad, y actualmente detenido. La sombra del tráfico de drogas, otra vez, como lo que rodea a este brutal caso de sicariato.