Por Horacio Da Silva*
Asesor de Medios de Comunicación del Arzobispado.
Hermanos:
«Yo soy el Pan de vida -declaró Jesús- y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed». Juan 6,35.
«El que suple semilla al que siembra también le suplirá para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia». 2 Corintios 9-10.
«Esfuérzate en ser digno de la aprobación de Dios, presentándote ante Él como un obrero que no tiene de qué avergonzarse y como un fiel dispensador de la Palabra de verdad». 2 Timoteo 2,15.
Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. Génesis 2,15.
Señor y Dios nuestro, ¡muéstranos tu bondad y confirma la obra de nuestras manos! ¡Sí, confirma la obra de nuestras manos! Salmo 90, 17.
¡Dichosos todos los que honran al Señor! ¡Dichosos los que van por sus caminos! ¡Dichoso serás, y te irá bien, cuando te alimentes del fruto de tu trabajo! Salmo 128,1-2.
Volver la mirada una y otra vez más sobre la Palabra Sagrada, con el corazón abierto y la razón despierta.
«Siempre es hora y buen momento para reflexionar. No es perder el tiempo, es ganar dicha a largo plazo, que trasciende más allá de todos».
Reflexionar… Si el Dios Altísimo Todopoderoso, os mostró e indicó el camino para obtener el Pan para saciar el hambre espiritual y corporal… ¿Por qué cada vez hay más gente con hambre? ¿No hay tierra fértil y próspera en la Argentina, la cual es extensa de Norte a Sur y de Este a Oeste, ofreciendo la mayor variedad de climas, relieves que son propicios para una «buena cosecha»?
¿Qué estará pasando? ¿Se olvidaron de cómo conseguir el Pan?
¿No os quedó claro que el pan de cada día hay que procurárselo uno mismo?
¿Acaso el «Trabajo», no es el medio para ello?
Entonces… ¿Dónde radica la cuestión?
En la Argentina ¿No hay fuentes de trabajo? ¿No hay posibilidades de crecimiento, siendo tan productiva? ¿No hay ofertas ni demandas? O ¿No se quieren desgastar y agrietar las manos trabajando? ¿Cómo subsiste la población sin trabajo? ¿Vive con hambre?
En el país, tiene hambre el que quiere; porque no trabaja.
… «Pero resulta, que existe un grupo de «craneotecas», que inventaron y siguen sosteniendo en la Argentina «la plaga eterna de los planes sociales», ocasionando en la Patria la enfermedad más grave que es «el destierro de la cultura del trabajo» y que conduce a la haraganería y letargo. Un círculo vicioso que no se puede cortar. Razón por la cual la gente que sí trabaja, se siente menospreciada, desvalorada, burlada por aquellos que se creen vivos por ganar el sustento sin méritos y no darse cuenta que son esclavos de un sistema que los arrastra a ser obsecuentes, sin pensamientos propios y esclavos en un espacio ficticio cerrado y sin rejas.
… ¿Ésa, es la conducta y ejemplo; la herencia que pretenden legar a sus hijos? Hijos que, a través de largas décadas, no ven a sus padres trabajar y después se dice ¡que los niños y jóvenes son el futuro!
Una costumbre y tradición de la fe católica es «el agradecimiento y el implorar un trabajo que no se consigue aún». El 7 de agosto, por ejemplo, la iglesia de San Cayetano en Liniers, Buenos Aires. ¿Habrá tenido la visita de miles de fieles con esa misma intención?
Se debe cambiar…
Que la vida fácil y la plata dulce, sea anulada por el gran espíritu guerrero, el que Nuestro Dios nos enseñó para sobrevivir a través de su siervo San Cayetano, quien es Patrón de los gestores administrativos, así como de las personas que buscan trabajo y los desempleados y es llamado «Padre de providencia». También es Patrono del Pan.
Llenen de gozos su espíritu: y por intercesión del Patrono del Pan y del Trabajo aférrense en oración:
Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos, padre de la providencia, porque socorres con grandes milagros a cuantos te invocan en sus necesidades: acudo a tu altar, suplicando que presentes al Señor los deseos que confiadamente deposito en tus manos.
Haz que estas gracias, que ahora te pido me ayuden a buscar siempre el Reino de Dios y su Justicia, sabiendo que Dios (que viste de hermosura las flores del campo y alimenta con largueza las aves del cielo) me dará las demás cosas por añadidura. Amén.
Las manos negligentes llevan a la pobreza; las manos diligentes conducen a la riqueza. Proverbios 10, 4.
Cosechar en el verano es pensar con sensatez; dormirse en la cosecha es no tener vergüenza. Proverbios 10, 5
Las vanas riquezas pronto se gastan; el que trabaja y las guarda las hace crecer. Proverbios 13,11.
No seas dormilón, y jamás serás pobre; no pegues los ojos, y el pan nunca te faltará. Proverbios 20, 13.
Porque si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, niega la fe y es peor que un incrédulo. 1 Timoteo 5, 8.
Es Palabra de Dios.
- Párroco de la localidad
de San Roque.
.