Continúa la conmoción por el caso de la docente que fue drogada por sus alumnos en Colonia Liebig y, en ese sentido, autoridades judiciales expresaron que no se puede juzgar a los involucrados por ser menores de edad.
Fue el fiscal de Santo Tomé, Facundo Cabral, quien habló con la prensa radial y sostuvo que el hecho «carece de relevancia penal porque son menores».
Los apuntados serían dos alumnos, de 13 y 14 años, quienes serían los que colocaron pastillas en el termo de la profesional. «Comenzamos con la investigación para identificar a los estudiantes y con los datos constatamos que se trataba de dos menores edad, es decir, inimputables», aseguró Cabral.
Asimismo, sostuvo que el caso no tiene futuro de índole penal y que el tema «será abordado desde otras materias donde se determinarán los problemas de los menores, la contención de ellos, qué es lo que falló y porqué ocurrió el hecho».
Por último, señaló que el caso es una «vía muerta porque no tenemos un sujeto a quien juzgar». En esa situación, se conoció que la causa está ahora en manos del Juzgado de Familia y Menores de Virasoro.
EL HECHO
Andrea Correa es la docente que fue víctima del envenenamiento y utilizó Facebook para hacer su descargo y contar el hecho. «En mi caso, dicen que por ser una profe ‘exigente’ y buscar que mis alumnos aprendan, sean personitas de bien, con un futuro digno de cada ser humano, el día martes, terminé siendo internada por la actitud de un grupo de alumnos que atentaron contra mí vida sin medir la gravedad de sus actos, me colocaron en el termo de agua pastillas trituradas, comenzó».
Además, la maestra agregó que se encuentra destrozada «psicológicamente y marcada por los pinchazos generados en el hospital, porque tan grave fue, que quedé internada inconsciente por casi cinco horas y aún desconozco las secuelas de tan atrocidad sobre mi persona».
«Sólo aviso y pido que mis colegas profesores y maestros se cuiden, tengan cuidado con su mate, con sus botellas de agua, o cualquier otra situación, y es que no estoy hablando de chicos grandes, si no de chicos de no más de 12 y 13 años de edad», concluyó la víctima.
.