De acuerdo con una encuesta nacional el 55% de los argentinos consumen menos de 1.5 litros de agua por día. Este indicador demuestra que es una cantidad inferior a los dos litros diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La consultora Kantar encuestó a 1.007 padres en 2019, donde dos de cada 10 manifestaron que la hidratación es relevante a la hora de elegir las bebidas que consumen sus hijos. De manera que, la hidratación no cobra el valor de importancia para todos los adultos argentinos, cuando realmente esta es vital para el correcto funcionamiento del organismo.
Los líquidos forman parte del sistema inmunitario, por ende, ayudan a combatir las enfermedades, inclusive el agua tiene la capacidad de mantener la temperatura normal del cuerpo. Otra de sus funciones necesarias en el organismo es digerir los alimentos y eliminar los desechos a través de la orina o las heces.
En la encuesta también manifestaron que las bebidas más consumidas son las infusiones y en el ranking, el mate ocupa el primer lugar seguidamente el consumo de agua mineral y las gaseosas. Estas últimas son las más perjudiciales por su alto contenido de azúcar y otros aditivos que ocasiona que el cuerpo pierda más agua.
A diferencia de las bebidas isotónicas que tienen una alta concentración de electrolitos que satisfacen la sed y mantienen el equilibrio térmico. En países como España el consumo de estas llegó a los 129 millones de kilos en 2019. Esto se debe a que los electrolitos facilitan la actividad celular y la transmisión de impulsos, cuando existe una carencia de estos se produce la fatiga, la confusión y los calambres musculares, entre otros.
No obstante, el European Food Safety Authority (EFSA) refirió que las embarazadas deberían incrementar en 300 mililitros la ingesta de líquidos, mientras que durante la lactancia se propone un aumento de 700 mililitros diarios. En el caso de los niños se recomienda beber entre 680 milímetros y un litro de agua al día.
Los niños entre 1 y 13 años tienen que beber entre 1,1 litros y 1,9 litros. Sin embargo, el estudio arrojó como resultado que la leche es la bebida más consumida por los menores de edad hasta en 84%. Consecutivamente los jugos se sitúan en el segundo lugar de consumo por ellos y el agua mineral o filtrada ocupa el tercer lugar.
El agua mineral es consumida solo por 4 de cada 10 niños de entre 1 a 5 años y en el rango de edades de 6 a 12 años el consumo es de tres de cada 10. Estas cifras son preocupantes porque la salud de ellos depende de la ingesta de agua y los adultos son los responsables de supervisar que ellos reciban el requerimiento necesario de acuerdo con su edad.