Los resultados de la segunda vuelta ofrecieron un panorama fenomenal, en el sentido de la cantidad de acertijos que se instalan a partir de hoy, rumbo al 10 de diciembre y por los próximos 4 años.
Fue la necesidad de cambio, que (valga la redundancia) no estuvo en Juntos por el Cambio, sino en La Libertad Avanza. El electorado argentino no quiso una propuesta tibia, optó por el «volantazo» que -por ahora- ofrece Javier Milei.
Casi con el 56 por ciento de los votos, el libertario se convirtió en el Presidente con más apoyo popular desde el regreso de la democracia. Hasta el momento, dicho logro lo lucía la vicepresidente, Cristina Kirchner, que en 2011 logró su reelección con el 54 por ciento.
Todo un mensaje para la clase política tradicional, que por un momento creyó que, con los viejos artilugios, que se fueron «perfeccionando» desde hace 40 años, habían esmerilado el poder de tracción electoral de un espacio nuevo. No fue así.
Sólo había colaborado para la incertidumbre el entuerto que generó Juntos por el Cambio, con una pelea adolescente entre los del PRO, que dejó (como siempre en los últimos 20 años) a los radicales como actores de reparto. De esta manera, las generales ofrecieron un escenario de 3 tercios. Sin embargo, la frialdad numérica algo había presagiado.
Es que los 36 puntos que obtuvo Massa en octubre, distaron de augurar un camino cómodo hacia el balotaje. Todo lo contrario. Expuso la necesidad de escalar más de 15 por ciento para asegurar la victoria frente a La Libertad Avanza, que parecía tropezar sobre su propia torpeza, con dirigentes que «pegaban tiros en los pies» al abordar diferentes temáticas polémicas, por lo menos para un sector de la sociedad progresista.
Así las cosas, ayer, prácticamente fue una traslación matemática de los votos de Bullrich y de Schiaretti hacia Milei. Fue un voto anti kirchnerista, sin otras condicionantes más que el cansancio de un núcleo de poder que no pudo superar sus contradicciones internas y mucho menos, levantar una gestión calamitosa en casi todas las variables de gobierno, con algo traumático y alarmante, cuanto menos histórico, de tener un Presidente de la Nación escondido, retirado de la escena, con un Ministro de Economía que ejerció la Jefatura de Estado con medidas cortoplacistas que no gravitaron en el ánimo de la gente, que tuvo entre sus cejas el 140 por ciento de inflación latente.
Córdoba, Capital Federal, Santa Fe y Mendoza oficiaron de catapulta de los libertarios. Los distritos más votados quedaron en manos de La Libertad Avanza, por lo que la tracción kirchnerista en Buenos Aires no bastó.
Una muestra centralista de un sistema político electoral que posterga a las provincias pequeñas como Corrientes y las demás del Norte empobrecido. Pero que refleja la importancia de los principales distritos a la hora de buscar el apoyo en las urnas, lo que obliga a cada mandatario nacional a priorizar esas jurisdicciones y postergar a las demás. Una materia pendiente hace más de 40 años, y que restará por ver si Milei decidirá recoger ese guante.
Corrientes, una «caja de Pandora»
Corrientes, a diferencia de otras partes de Argentina, ya se alista para 2025. Y lo hará con el nuevo escenario planteado tras este 2023 de alto voltaje electoral.
Un calendario que dejó heridos y fortalecidos. La muestra más acabada se da a escala territorial. Es que, como casi siempre, se trata de una «República aparte».
Massa perdió en casi todo el país, pero en el territorio correntino ganó en casi todos los distritos más poderosos en materia electoral.
Goya, un bastión radical que sucumbió por tercera vez ante la avanzada de Unión por la Patria (UxP). Lo mismo ocurrió con Bella Vista, al igual que en Curuzú Cuatiá. A ello se sumó el sostenimiento de otra jurisdicción de relevancia, Paso de los Libres. Lo que muestra a un justicialismo, con sus aliados, empoderado de cara a lo que se viene por la pelea para la Gobernación.
Para la UCR y sus socios en ECO, queda una calma a medias, por el hecho de haber ratificado el apoyo de la ciudadanía en la Capital, con Ituzaingó y Monte Caseros sumados al análisis, aunque el mismo ofrecería variables ambiguas, puesto que, en este turno, el candidato fue Milei y no alguien identificado con el Gobierno provincial. De todas formas, un placebo en medio de los temores que hubiera representado tener a UxP ocupando el principal distrito de la Provincia.