La tarea jesuítica entre los siglos XVII y XVIII dejó huellas que marcaron la cultura y la historia de Corrientes. La Cruz tiene la particularidad de ser una ciudad que fue construida sobre las ruinas de lo que fue. Es por ello que la pronta inauguración del Centro de Interpretación de la Cultura Jesuítica Guaraní convoca a una comunidad que busca recuperar su historia en símbolos y objetos que reviven a las antiguas ciudades coloniales y la traen de nuevo al presente para que niños y jóvenes sean partícipes de nuestra historia viva y los que vengan de afuera puedan experimentarla y conocerla en profundidad.
«Tenemos una fecha estimativa de inauguración, posiblemente para el lunes 16», estimó el director de Cultura de La Cruz, Tape Córdoba, asegurando que las obras de infraestructura en el nuevo edificio ya se encuentran prácticamente terminadas y que actualmente trabajan en la ubicación de las piezas que serán parte de este nuevo espacio que se convertirá en una importante propuesta turística que ofrecerá la ciudad cruceña. «Estamos en los últimos detalles. Ya hicimos todo lo que es el acarreo de piezas y fuimos solucionando los problemas que fueron surgiendo», comentó.
En este espacio, se exhibirán piezas de colecciones públicas y privadas como así también un jardín interpretativo que hace referencia a los huertos de las Misiones Jesuíticas.
APORTE DE
LOS VECINOS
Tape Córdoba comentó que aprovecharon la construcción de este nuevo centro para hacer una recuperación de piezas que se encontraban dispersas en casas de vecinos que «gentilmente venían y nos decían que conservaban algún objeto. Entonces íbamos, hacíamos el relevamiento y las anotaciones correspondiente para luego trasladarlo al Centro».
«Uno de los vecinos le hizo entrega al Municipio de lápidas que encontró enterrados haciendo una huerta en su casa. Gracias a eso, pudimos unir lo que fue el antiguo cementerio que es correlativo al lugar donde se encontró esas lápidas donde está escrito la fecha, el día y el nombre del difunto en guaraní, con la leyenda omanó angá», narró.
Está previsto que el Centro de Interpretación tenga un depósito donde se van a ir quedando las piezas que se irán clasificando para luego ser expuestas. «Se trata de un trabajo en conjunto con la Provincia donde participan museólogos, historiadores e incluso hay una arqueóloga», expresó.
UNA DEUDA
PENDIENTE
«Generalmente las historias de esa época no son contadas, no son estudiadas en los libros. Vos buscás en los manuales de quinto o sexto grado y no está», señaló Córdoba, haciendo referencia a que en otros lugares la historia guaraní jesuítica si está más presente en las escuelas.
«Hace 15 años logramos traer una pareja de arquitectos que trabajó en las reducciones de San Miguel de las Misiones en Brasil y fue muy curioso porque ellos vinieron y trajeron los manuales de quinto y sexto grado de Brasil y ahí si se estudia, se lee lo que eran las reducciones de origen guaraní jesuítico. Esa es la pata que nos está faltando», remarcó.
El funcionario sostuvo la importancia de contar las historias «con el rigor científico apoyándonos en documentos que permitan enseñarles a nuestros niños y jóvenes». Además, agregó que «generalmente cuando se acercan las fechas patronales o hitos puntuales de la historia, es cuando nos hacemos un espacio para recordar que acá hay tres museos más. El museo Ramón Félix Mansilla, un centro de interpretación relacionado a la batalla de Mbororé, el museo de Tatacuá que está pegado a los hornos donde se cocían las tejas. Pero luego, eso no está en la educación formal, en el manual con el que estudian los chicos. Eso, creo es una tarea pendiente para el futuro», concluyó.