Las noches de enero se prestan para compartir en familia o con amigos de este plan lleno de baile y música. Es aquí donde nuestra tradición se vuelve protagonista y colma el escenario de bailarines que se predisponen a danzar durante todo lo que dure la jornada nocturna.
Es en todo el predio donde se entrecruzan alpargatas, espuelas, polleras y bombachas de campo para rendirle culto a una de las expresiones artísticas que más alegrías y orgullo nos brindó a lo largo del tiempo a toda la región litoraleña.
Ya sea a través de pasos animados y mediante el grito de un sapucay o a través de una melodía romántica que requiere de otro tipo de destreza en el que la sutileza parece que desenvuelve cada acorde. Los artistas festejan y disfrutan del cariño de la gente, ese acompañamiento que siempre aparece cuando se encienden los reflectores y salen a escena a compartir todo su talento. Allí no se trata de edad o de destreza, la riqueza de asistir radica en descubrir un poco de nuestras raíces en cada verso. Encontrar algo de nuestra historia hecha canción.
ESTACIONAMIENTO
Para quienes van en auto la opción de estacionar cerca del predio se vuelve central. En las inmediaciones el costo por toda la noche es de 1.000 pesos. Se recomienda ir temprano para tener tiempo al momento de buscar lugar para dejar el auto y luego para ubicarse dentro del anfiteatro, ya que los asientos con las mejores vistas se colman de gente rápidamente.
OTRAS OPCIONES
GASTRONÓMICAS
Para quienes disfrutan de un trago directo bien fresco, el gin y el fernet representan un buen plan. Comparten precio, cada uno se encuentra a 2.500 o 4.000 pesos dependiendo del punto en el que se elija adquirir la bebida. En caso de que la noche se preste para tomar un espumante estos van desde los 9.000 hasta los 15.000 pesos.
Las opciones también son variadas al salir del anfiteatro donde se desarrolla una feria gastronómica. Allí se puede acceder a comidas rápidas y promociones de 3 choripanes por 3.000 pesos. Mientras que también hay ofertas en hamburguesas y empanadas de pescado.
Otra de las alternativas para quienes deseen degustar un menú de características más autóctonas dentro del predio cuenta con Cocineros del Iberá. Allí hay opciones tales como mbaipy, que cuesta alrededor de 2.500 pesos. Mientras que también se puede adquirir anguyá por 1.200. Otra opción son las croquetas de verdeo por 1.500 y el mbejú acompañado de huevo y ensalada por unos 2.000. Una opción conocida por todos son las clásicas empanadas de carne cortadas a cuchillo, las cuales rondan los 6.000 pesos. Un menú práctico que te salva del paso son las batatas o mandiocas fritas a 2.000. O también se puede elegir una porción de chipa guazú con ensalada por 4.000 pesos.
Los precios bajo la luna chamamecera
Al ingresar al predio los precios oscilan entre 2.000 y los 14.000 pesos. Entre las opciones más clásicas se puede disfrutar de un chipa m’bocá por 1.000 pesos, ya si se busca una opción un poco más renovada se puede optar por uno relleno a 2.000 y si el plan es sumar una aventura, está, como desde hace varios años, la opción de un chorimbocá a 3.000 pesos.
Si en cambio se desea compartir una cena familiar, también hay opciones con las que todos los integrantes se pueden sentir a gusto. Una empanada por unidad cuesta 700 pesos, siendo esta la opción más accesible en cuanto a economía. A esta le siguen las papas fritas, los panchos y el choripán por 1.500 cada uno. Mientras que las opciones de milanesas, las hamburguesas y la bondiola cuestan el doble, también cada una. La docena de empanadas va desde los 6.000 y también se puede adquirir por seis unidades a 3.500 pesos.
Y para ese momento de la noche donde los asistentes deseen calmar la sed, hay distintas opciones. Por un lado, para quienes quieran una bebida sin alcohol, pueden beber agua, jugo o tragos sin alcohol, estos rondan alrededor de los 1.300 y 2.000 pesos. Ahora bien, si las ganas de hidratarse abundan también se puede disponer de manera gratuita de un dispenser con jugo fresco. Estos puntos de hidratación están a cargo de dos reconocidas empresas a escala nacional.
En el caso de quienes van con el objetivo de celebrar y consumir alcohol los precios son otros. Aquí ya interfieren las preferencias de cada asistente. Si lo que se busca es sumergirse en tradiciones litoraleñas, un clásico vino con gaseosa podrá ser la invitación a una nueva experiencia por el precio de 1.500 o 2.000 pesos el vaso. Por otro lado, para quienes sostienen que siempre es buen momento para tomar una cerveza, las mismas arrancan con 1.500 pesos, cuyo monto varía según marca y cantidad a comprar.
Por último, siempre se puede optar por un choripán por 1.000 pesos a la salida del festival, para calmar el hambre y recobrar energías luego de tanto baile.
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