Durante tres noches -hoy, miércoles 17, jueves 18 y viernes 19- , el Festival de Cine Rural enciende su proyector para mostrar las historias, el quehacer cotidiano y los sueños de las comunidades que en el campo correntino van trenzando sus vidas con el trabajo en la tierra.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Estación Experimental Bella Vista (Inta EEA Bella Vista) y el colectivo cultural Ñu Py, junto a la Fundación Idear, son los impulsores de este proyecto que a través de sus modalidades presencial, virtual y viajero, renueva este año la propuesta de contar la ruralidad a través de sus protagonistas.
LA EXPERIENCIA DE ‘LO RURAL’
Tras el estreno presencial en el Inta Bella Vista y el estreno virtual a través de su página oficial, se trasladará a las EFA Mensú Peguará, de Curuzú Cuatiá, y Tupã Rembiapo, de Santa Ana, en formato ‘viajero’. Natalia Vega, miembro del equipo organizador, dialogó con EL LIBERTADOR sobre la motivación y las expectativas en esta propuesta audiovisual que se desarrolla desde hace siete años.
«La convocatoria de producciones cerró el viernes 5 y estamos muy felices desde la organización por la participación de las escuelas de la zona, y también de realizadores del resto de Argentina y otros países, con historias diversas, pero siempre ligadas de alguna forma a la experiencia de lo rural, al respeto a la tierra, a los orígenes guaraníes o autóctonos de cada lugar, a experiencias de comunicación comunitaria», comentó.
JÓVENES PROTAGONISTAS
Sobre las realizaciones en las Escuelas Agrícolas Familiares, contó que «nos muestran cómo es el día a día, algunos se van más a lo documental y otros a la ficción», y destacó un caso que «nos llama mucho la atención, que es el paraje Segoya, que cada año presentan producciones que son de una realización compleja, con todos los roles de un rodaje, un guión bien armado».
Vega manifestó la alegría que sienten «porque la iniciativa es para llegar al Festival de Cine Rural, pero el cortometraje que resulta de muchos años de trabajo y de acompañamiento de los docentes, está a un nivel para participar de cualquier festival», y agregó que «eso es algo que a nosotros nos llena de orgullo: poder acompañar este tipo de procesos».
«Con las Escuelas de Familias Agrícolas el trabajo está muy integrado, porque las directoras que en su mayoría son las que participan y sus docentes forman parte de la comisión organizadora del festival. Entonces, eso hace que todos los años podamos contar con la presencia de estudiantes, sus cortometrajes y en esta oportunidad especialmente, podemos hacer que las jornadas presenciales se hagan en dos escuelas», destacó.
HOMENAJE A UN PIONERO
«Este año para nosotros es muy especial porque sumamos en el último día un homenaje a nuestro compañero René Oviedo, que fue el impulsor de este festival en su trabajo como comunicador del Inta Bella Vista», contó.
«René falleció el año pasado y hasta los últimos días siguió pensando en el festival, incluso dejó algunas cosas escritas, que son las que estamos llevando adelante en esta edición 2021. Se había hablado que sea un festival viajero, que podamos vincularnos con otras organizaciones, que sigamos apostando a las y los jóvenes, que sigamos apostando por este festival», remarcó Vega, con un sentimiento de compromiso al legado de Oviedo.
«También dejó en la primera edición la impronta de mostrar otra forma de lo rural, salir de que el campo es llanura, vacas pastando. Y mostrar procesos comunitarios, personas que ríen, que sueñan y que como cualquier otra persona, también quiere contar su propia historia», concluyó.
Fotos: @festivaldecinerural