Diciembre suele ser un momento de muchas ventas para el rubro textil. En relación a ello, la encargada de un reconocido local de lencería y bikinis observó: «Se vivieron unas fiestas diferentes, el centro estaba muy tranquilo para la fecha que era».
Luego reflexionó: «La semana previa a la Navidad hubo muy poca concurrencia. Fue posterior al cambio de presidente, entonces se notó que la gente se contenía para no salir a hacer compras compulsivamente. Salían para hacer lo justo y necesario. Esperaron como hasta el 20 para salir a buscar los regalos. El 22 y el 23 sí hubo mucha demanda y más concurrencia. Ahí si hubo más movimiento, pero fue un diciembre atípico, diferente a otros. Desde el primero del mes ya se notaba».
«El día que se hicieron los anuncios a nivel nacional no vino nadie al local. El cambio de gobierno se sintió. Antes teníamos que contratar un guardia de seguridad y sumar más personal para atender a toda la gente que venía. Este año no hizo falta. No sabemos si fue porque era domingo o por la situación económica. Después si hubo más movimiento, quizá porque se van de vacaciones entonces hacen las compras a último momento», agregó.
Y para finalizar detalló: «Tuvimos que ajustar todo el mes por los proveedores. Sufrimos fuertes aumentos en algunas marcas, aunque no en todas, pero si en la mayoría. Las promociones bancarias del Banco de Corrientes nos ayudaron un montón. Nuestra temporada alta arranca ahora en verano. Y estamos vendiendo bien. Se nota que se van de viaje y salen a comprar a último momento trajes de baño, todo lo que se usa en la playa. Antes se llevaban seis bikinis, ahora sólo una o dos».
En un local ubicado en el último tramo de la peatonal, una joven vendedora relató: «Hubo días en que se vendió un zapato por día, otros nada. En Navidad nos compraron seis pares en toda la jornada. Anteayer nada. Ahora sólo se van los más baratos, nada que no sea muy caro. Esta es nuestra mayor época de ventas y hicimos poco en comparación con 2022. Algo que pudo haber influido es que hubo dos subas fuertes desde mediados de diciembre. Primero una del 15 y a los siete días otra del 25 por ciento en compras con tarjeta de crédito. Este mes se vendieron numerosos talles chicos para las recepciones, si no era por eso no nos íban a comprar nada».
A tan solo unos metros de distancia, la experiencia del dueño de un local de indumentaria masculina difiere en algunos detalles. Él señaló que «a pesar del cambio de gobierno, en estos momentos locos que vivimos creo que nos fue un poquito mejor que el año pasado. Vendimos más. Nuestra conclusión es que en 2022 la gente gastó mucha plata en los festejos por el mundial y no tanto en ropa. Invirtió más en comida y en fiestas».
A lo que agregó: «En Navidad siempre es mucho más fuerte la venta. Suma mucho el tema de los regalitos, aunque esta semana fue muy tranquila y hasta ahora sigue así. Anteayer tenía que ser nuestra tarde más fuerte y no pasó mucho. Nosotros hace dos o tres años atrás, necesitábamos poner un policía en la puerta para que controle el ingreso de la gente al local. Había muchas personas, era otro el movimiento. Ya no es como antes que vos venías al centro y era una locura».
Al conversar con una emprendedora que se dedica a este rubro hace 26 años expresó que «hubo más movimiento en Navidad. Ahí se sintió que la gente tenía más capacidad para gastar. Ahora no es así. Por ejemplo, el 24 nos quedamos trabajando de corrido todo el sábado y hubo clientes, en cambio, anteayer no vino nadie. El año pasado se vendió más que ahora. Las personas vienen y consultan, pero demasiado. Buscan precios y alternativas. Se caminan todo y si algo les parece acorde a su bolsillo vuelven y te lo compran. Nos pasó ayer que una señora más allá de que le gustaba un artículo de mayor valor me dijo ‘no me alcanza’ y se llevó el más barato. En esta Navidad vimos cómo cambió el uso de las tarjetas de crédito. Es caro financiar ahora. Entonces la gente también se cuida de eso».
Y continuó: «Esta semana de Navidad a Año Nuevo se mantuvo todo, no hubo subas. El verano es largo, todavía hay tiempo para vender. Tenemos la expectativa de que todo siga así de estable como esta última semana. Confiamos en que esto seguirá igual y si puede bajar un poquito más mucho mejor. Pero ya el hecho de que no aumentó nuevamente es un alivio para la gente y para nosotros también, porque no tenemos que estar modificando los precios nuavamente. Este mes hubo momentos en que había que entrar todos los días a chequear en la web los precios y consultar con mayoristas. Algunos te pasaban directamente el precio o te decían ‘aumenta todo un tanto por ciento’, entonces te tenías que ajustar sí o sí. Esto dentro de lo que se puede, porque no hay manera de trasladar el total del costo a la prenda porque ya queda en un valor muy alto y la gente no va a poder acceder. En realidad, lo que hacemos nosotros es obtener menos ganancia».
La dueña de un histórico local abocado a la indumentaria escolar también brindó su parecer: «Con respecto a otros años, ésta es la primera vez en dos décadas que hay bajas ventas. Es como que la gente prefirió comer que salir a comprar ropa. En nuestro caso tuvimos ventas todo el mes porque nos abocamos a cosas de primera necesidad. Con eso anduvimos bien. Aunque este año fue la primera vez que nos vimos en la obligación de abrir el local el 8 de diciembre».
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