Por Noelia Irene Barrios
EL LIBERTADOR
«Con violencia se percibió en esta ciudad el sismo. Dos viviendas resultaron con sus muros agrietados y la población alarmada se lanzó a las calles, sin que, felizmente ocurrieran víctimas ni otros daños más que los anotados…». Parece un registro de otra parte del mundo, pero esto es lo que ocurrió en Curuzú Cuatiá el 21 de enero de 1948, redactado por El Orden, un diario santafesino de esa época. Aunque suene a ficción, ese día la provincia experimentó el último sismo que se tiene documentado hasta ahora en la región del Litoral. Afectó a tres ciudades y dicen que el temblor también se sintió en la Capital correntina.
Este evento figura en la lista Terremotos históricos ocurridos en la República Argentina, en la página oficial del Instituto Nacional de Preservación Sísmica. Allí detallan: «Afectó principalmente a Monte Caseros y Curuzú Cuatiá, en la provincia de Corrientes, donde se reportaron daños en las construcciones y alarma en la población. Fue sentido muy fuerte en Chajarí y San José de Feliciano. Su intensidad fue de 6 grados Mercalli».
Las crónicas periodísticas de entonces coinciden en afirmar que el evento ocurrió en plena siesta y que alteró por completo la calma en toda una región que jamás había experimentado un fenómeno similar. El Orden decía al día siguiente: «El movimiento fue percibido con mucha intensidad en Paraná, Rosario y Monte Caseros, Corrientes. En el Norte de esta provincia el sismo alcanzó vibraciones más fuertes y se prolongó con intensidad por mucho más de cinco minutos».
En cuanto a lo que se vivió en la Capital provincial y en la ciudad de Curuzú Cuatiá, el reporte de ese diario santafesino remarcaba que tras el susto y algunos daños, la calma volvió lentamente a la población. «En las últimas horas de la tarde se estableció la calma, reintegrándose los pobladores a sus domicilios», mencionaron.
Los expertos de entonces señalaron que el epicentro estuvo en un sector del río Paraná. El diario misionero El Territorio, también de esa época, lo describía de esta manera: «El sismo se debería a una falla geológica del río Paraná. A 500 kilómetros del Observatorio Astronómico del Río de la Plata, donde los aparatos registraron el intenso movimiento».
Esos fueron los últimos registros de un hecho de esa magnitud en el territorio provincial. Un fenómeno que causó sorpresa y también pánico en las poblaciones afectadas y que despertó un fugaz interés de los geólogos por los suelos del Litoral. Un susto que de todas formas es mejor que no se repita.
La palabra de los expertos sobre lo ocurrido esa siesta de hace 76 años
En un estudio presentado en la 28ª Reunión Científica de la Asociación Argentina de Geofísicos y Geodestas, dos investigadores revelaron los resultados de su trabajo sobre el sismo de 1948 en la región. Allí concluyeron: «La caracterización sísmica del terremoto de Chajarí-Monte Caseros 1948 indica un evento de magnitud 5,5, probablemente asociado a la reactivación de uno de los segmentos del sistema de Fallas del Río Uruguay de orientación Noreste-Suroeste o Norte Noreste-Sur Suroeste».
La magnitud estimada del evento fue de 5,5 en la escala de Richter lo cual lo califica como un fenómeno de carácter «moderado»; y, de una intensidad de grado 6 en la escala de Mercalli, en donde se califica como un fenómeno «fuerte».
La disputa por el epicentro la dieron entre ambas ciudades, lo cierto es que en los dos lugares el sismo se sintió y duró unos segundos sin que hasta la fecha, afortunadamente, se hayan vuelto a registrar fenómenos similares.
Fotos gentileza
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