En un detallado informe, el Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (Icaa), expone la tarea que desempeñó por la sequía inédita que afectó al río Corriente y consecuentemente al sector arrocero que se extiende en la zona de su traza, donde apuntó a proteger las condiciones hídricas ambientales y del desarrollo sostenible.
EL INFORME
A continuación, la totalidad del texto del informe que emitió el organismo:
Es importante que, a la hora de comunicar, todos tengamos criterios fundamentados y datos reales para manifestar nuestra opinión, sacar conclusiones y ejercer el derecho a crítica, aun cuando es válido el dicho que es más fácil criticar que hacer.
Lo cierto es que los funcionarios públicos debemos reaccionar, sobre todo explicando con veracidad los aspectos relativos a nuestro trabajo, en pos de la defensa del interés común de todos los correntinos.
La crisis hídrica que azota nuestra provincia no es nueva ni se produjo repentinamente, es cierto, pero no por ello es más previsible o manejable teniendo en cuenta los múltiples aspectos ambientales, sociales, económicos y productivos de los recursos puestos en juego, sobre todo, los cursos de agua.
Desde ciclos hidrológicos anteriores, se viene apreciando una disminución del volumen de agua del sistema Iberá. Es por ello que, como ejemplo, se puede citar que la campaña arrocera 2021-2022 llegó a término gracias a las precipitaciones ocurridas en el momento justo requerido por los cultivos.
CAMPAÑA RECIENTE
En la campaña reciente, 2022-2023, desde el Icaa se informó a los regantes sobre los pronósticos meteorológicos procedentes, compartiendo la información de los registros e informes meteorológicos, específicos para la zona, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para la cuenca Norte los que daban pronósticos desfavorables para la región.
Es necesario hacer saber que son los propios regantes quienes manifiestan a este instituto su intención de riego, la que está en función del área de concesión total de la cuenca. Al inicio de la campaña, el río estaba en condiciones, según lo demuestran los registros de la Red Hidrológica Nacional, que en la medición de fecha 25 de agosto de 2022 arrojó un caudal de 99,74 metros cúbicos por segundo para el río Corriente, según la medición realizada en Paso Lucero. Este volumen de agua escurre y desemboca en el río Paraná, abandonando así la cuenca.
La necesidad de agua para la intención de riego de la campaña 2022-2023 se estimó en 9 metros cúbicos por segundo, aproximadamente, por lo que luego de la medición de agosto registrada, los regantes pudieron iniciar el riego sin mayores problemas bombeando del río este valor estimado que representa un 10 porciento del caudal del mismo, según la medición mencionada, en muy escaso tiempo y al no haber ocurrido precipitaciones en la cuenca la posibilidad de riego fue disminuyendo considerablemente.
Detectado este problema, iniciamos las acciones coordinadas entre el Icaa y los regantes, que se encontraban en mitad de la campaña, debido a que, medido el caudal a la altura de paso Lucero arrojó un valor de 4 metros cúbicos por segundo, con lo cual no alcanzaba a cubrir, tanto la necesidad de los regantes como el caudal ecológico necesario, por lo que se optó por turnar los riegos y tratar de salvar la mayor producción posible, previendo siempre mantener un escurrimiento mínimo. Debe tenerse en cuenta que esta agua bombeada para el cultivo quedó retenida en la cuenca.
RETENCIÓN
DE AGUA
Queremos decir con esto que el proceso productivo retuvo agua en la cuenca por más tiempo que si hubiera escurrido con normalidad el agua por el río, sin el bombeo de productores. A esto se debe sumar que durante esta campaña no se produjeron precipitaciones y debido a esta situación se ha llegado a valores muy por debajo del caudal del río. Cabe aclarar que hasta hoy se sabe que la cuenca del Iberá sólo se alimenta del régimen pluvial, agua de lluvia. A la fecha, se terminó la campaña y el agua retenida en las arroceras está siendo devuelta al río.
Más allá de disminuir la producción por la falta de la cantidad necesaria de agua, en tiempo y forma, y el retraso en la fenología del cultivo, esta situación, que extendió los tiempos de la campaña, benefició a la cuenca, dado que se ha mantenido la humedad en ella en los sectores de la arrocera por mayor plazo. Este proceso también benefició a la fauna autóctona al retardar la búsqueda de los animales de reservorios de agua en otras cuencas generando un cambio de hábitat de los individuos.
El accionar del Icaa está basado en los principios del desarrollo sostenible, buscando aplicar la gestión integrada hídrico-ambiental, teniendo en cuenta los aspectos socioeconómicos que representa la producción de arroz, tanto a nivel provincial como local, recordando que Corrientes es la principal productora y exportadora de este cereal, con el impacto multiplicador en lo laboral, comercial y social.
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