El obispo de Goya, Adolfo Canecín brindó una misa en el cementerio del paraje rural Colonia El Porvenir, para conmemorar el Día de los Fieles Difuntos. En ese camposanto, visitó algunos mausoleos, panteones y tumba y bendijo a las familias que rezaban por sus difuntos.
En su homilía, el obispo destacó que “una de las obras de misericordia es rezar por los difuntos, pedir por su eterno descanso. Estamos cumpliendo lo que dice la palabra del Señor Jesús: ´hagan por otros lo que quisieran que mañana hagan por ustedes´ entonces rezamos por ellos’”.
Luego, destacó: “Hoy hacemos por nuestros queridos fieles difuntos lo que queremos que otros hagan el día mañana por nosotros y, seguramente ellos, sin lugar a dudas, también lo han hecho con aquellos que lo antecedieron”
Además, reflexionó sobre uno de los sostenes de la fe cristiana. “Por la fe, sabemos de quien venimos, venimos de Ñande Yara (Dios en guaraní) y vamos a él. Venimos del Padre y vamos al Padre, eso nos da una profunda confianza”, dijo.
Continuando con lo anterior, planteó: “Esa esperanza no nos quita el dolor, no nos quita el sufrimiento y menos las lágrimas… “Jesús lloro por Lázaro que bien nos hace saber que Jesús haya llorado. Si el hijo de Dios lloro, nosotros podemos llorar tranquilos, porque el llorar no es falta de fe, no es falta de esperanza, es simplemente porque los ojos son la ventana del alma y, cuando hay humedad la ventana se empaña”.
“La fe es mirar como Dios mira y cuando miramos la vida como Dios tiene otro valor. Cuando miramos la enfermedad como Dios, la vida tiene otro valor y sentido. Cuando miro la muerte con los ojos de Dios, tengo la oportunidad de pasar a la eternidad, por eso, qué linda es nuestra fe”.