Como siempre, Corrientes es ideal para ofrecer escenarios -cuanto menos- pintorescos de controversias electorales. Y el camino hacia el 11 de junio para las legislativas provinciales no es una excepción. Este turno electoral será recordado por mucho tiempo, como que no tiene precedentes en las cuatro décadas del retorno de la democracia.
Mientras la alianza gobernante, de la mano de sus dos líderes indiscutidos -el Gobernador y el Presidente de la UCR-, ha definido los grandes rasgos de la oferta electoral y revalidado el carácter central del radicalismo dentro de ECO, reivindicando el derecho a nominar sólo radicales para la Cámara alta, el peronismo, que se supone debería ser la columna vertebral del frente opositor, no acierta siquiera a dar una señal clara de identidad partidaria. A tal punto que, a pesar de la resistencia, al menos «for export» de sus principales dirigentes, sigue teniendo en cartelera el nombre de uno de los exponentes principales que supo tener ECO + Vamos Corrientes los últimos años, el del ex Vicegobernador. Su pase no sólo no es digerido puertas adentro del partido de Perón, sino que profundiza el desconcierto en el cuerpo electoral de la Provincia que, como es lógico, al buscar una opción opositora podría, al menos por ahora (porque nadie lo desmiente, mientras él lo afirma a los cuatro vientos), toparse con alguien que secundó a Ricardo Colombi y luego a Gustavo Valdés.
LOS BANDOS
Se comenzaron a observar distintos movimientos provenientes desde ambos bandos en disputa: ECO y el Frente de Todos. Cada uno a su estilo y con el poder de fuego que tiene. Característicos accionares que, la mayoría de las veces, pasan desapercibidos para los angustiados vecinos correntinos, que pasan sus días ocupados en ver cómo ingeniárselas para soportar la calamitosa inflación (histórica) para llegar a fin de mes.
La diferencia estriba en que mientras ECO desarrolla un plan de acción y muestra el potencial que le da el ejercicio del poder durante las dos últimas décadas, en la oposición, un puñado de dirigentes de superestructura intenta condicionar y orientar las decisiones de un Interventor que comienza a verle «la pata a la sota», consciente de que, a la hora de la verdad, mueren las palabras y es él quien queda expuesto a lo que puede ser un papelón en términos electorales.
La lista provincial, todo un tema. Es la cara visible de la oferta opositora. Errar en los nombres será repetir errores de los que el peronismo aún guarda recuerdos, algunos recientes y otros de años atrás.
Desde EL LIBERTADOR, fiel a su línea, se considera más que conveniente correr el velo de las estrategias políticas para que la ciudadanía conozca de qué tratan algunas de las «buenas nuevas» que se anuncian, así como las «controversias» latentes en la agenda local.
Es que no se debe soslayar el hecho de que, frente a una elección, todo lo bueno no siempre es así, y todo lo malo, casi siempre, es incentivado y agrandado por sectores interesados en que la coyuntura se complique para obtener el voto castigo.
Con esto, resulta más que conveniente resaltar que los radicales y sus aliados eligieron una modalidad tal vez más apacible respecto de sus contrincantes. Ya que la oposición optó (en este primer tramo de la breve campaña en marcha) por la embestida constante sin consolidar un núcleo sólido de conducción política ni estratégica que abroquele a la tropa, para generar la necesaria confianza en un mercado electoral que busca a gritos una opción superadora.
Hasta ahora, lejos está el peronismo se poder ofrecerla, con señales difusas y confusas en la búsqueda de una identidad que no encuentra.
Intereses subrepticios
En cuanto a las estrategias tejidas desde la oposición, se debe tener en cuenta que cada punto de batalla se da con la intención de mostrar poder de fuego ante la Intervención partidaria.
No fue casualidad que el interventor, «Juanchi» Zabaleta, en su llegada a Corrientes de semanas atrás, al ser abordado por EL LIBERTADOR, señalara que estaba al tanto de que en la Capital había una manifestación, como también estaba al corriente de muchas otras cosas de la vida partidaria, aunque decidido hacer efectivo aquello de que lo primero es lo primero y dando señales confusas, se avocó con profesionalidad a sumar sellos a la alianza provincial. «Lo otro viene después», supo decir al minimizar recurrentes versiones que surgían del enjambre de comedidos que pugnaban por mostrarse cerca, algunos sin disimulo, de quien tiene la birome, pero que lejos está de sentenciar su propia muerte con decisiones que pongan patas para arriba a un peronismo que exhibe una voluntad de lucha evidenciada en lo que fue la salida indecorosa de media docena de interventores, que comprobaron en carne propia que no es fácil pelear de visitante.
Tampoco fue casual que las protestas contra la inseguridad se hayan dado en el Interior, más precisamente en la Costa del Uruguay. En esa zona hay un mandatario municipal decidido a escalar dentro de la alianza opositora a como dé lugar, teniendo en vista asegurar la continuidad de su sector al frente del Municipio y la necesidad de ubicar a su hermana en la grilla legislativa, más allá de que no logró el consenso de sus pares intendentes y que, su insistencia inscripta en el nepotismo familiar que hay en la Comuna, con tres hermanos en funciones de alta responsabilidad, abrió una herida en su tropa al tener que bajarle el pulgar a quien, desde hace meses y con el acompañamiento del propio Jefe comunal, venía promocionando su reelección. Con una «verónica» sobre el filo de los plazos, «Tincho» lo dejó con la brocha en la mano, sin darle al menos la seguridad de que sería el candidato a pelear su sucesión. Algo que quedó en duda por la cuasi confirmación de que la menor de los Ascúa, esto es la contadora del Municipio, sería la elegida, por aquello de que «todo queda en familia». Con todo, lo de Arias no es sólo una cuestión política ni de códigos. Al Diputado libreño le faltan casi diez años para su jubilación. Perdió un sueldo que tendría hoy en Senasa de 700 mil pesos, claramente inferior al de legislador, pero que sería algo como para no quedar a expensas de una gestión que hoy sólo puede garantizar dos años por delante. Aun así, el enojo de Arias se debe a lo que considera una deslealtad, pero también al hecho de que el Intendente no lo supo sostener en licencia en el cargo que -como veterinario- tenía en una repartición nacional sin que nunca se lograra un amparo judicial para asegurarle la reserva del cargo.
El Frente de Todos
Comenzar por la oposición es (quizás) lo más atinado en el sentido de que ofrece estrategias subrepticias que genera urticaria en propios y extraños, pero que son propias de las tensiones del poder interno que se desangra en luchas intestinas con la participación de aliados que -muchas veces- lejos de sumar contribuyen a una mayor anarquía en una organización política que evidencia falta de conducción política, vocación de poder y un norte claro.
A pesar de sus internas y una Intervención que transita momentos decisivos, a días de la definición de los candidatos, se avanza por otro camino para obtener el acompañamiento ciudadano a través de dos andariveles.
El primero y más visible es la confrontación que se engendró, hace un par de meses, con manifestaciones en el Interior, so pretexto de mayor seguridad en las zonas rurales. Si bien, se trata de un tema vigente e inocultable, con el abigeato haciendo estragos (algo remarcado casi en exclusiva por este medio), también es cierto que las marchas apuntaron a los intendentes que casualmente pertenecen al oficialismo.
Así fue que se replicaron reclamos en comunas como Monte Caseros y Mocoretá, jurisdicciones manejadas por el radicalismo. Estas protestas además ofrecían varios detalles reveladores que, lamentablemente, entorpecían el legítimo clamor de productores y vecinos agobiados por los cuatreros. Las críticas se tradujeron en quema de gomas e interrupciones en el tránsito de las localidades, pero no frente a una sede policial ni contra alguna dependencia del Ejecutivo provincial (responsable de dirigir las fuerzas de seguridad locales), sino en las veredas de las municipalidades y con motivaciones claramente inspiradas en intereses distintos a los que asomaban a la superficie.
Luego siguió el turno de la educación, con un gremio decidido a marcar la cancha al Gobierno radical, con una postura intransigente que ya derivó en dos paros docentes. Aquí se expone otra particularidad, tal vez desatendida por el vecino. El sindicato díscolo es Suteco, apenas uno de seis que trajinan en Corrientes, cuyos referentes son reconocidos dirigentes alineados al Frente de Todos.
Es más, en las manifestaciones que se sucedieron en las calles del microcentro capitalino, se observó una importante presencia de organizaciones sociales y gremios de otros rubros, pero afines al modelo nacional y popular. También aprovecharon una visita de Valdés a Paso de los Libres, bastión comandado por un jefe comunal justicialista, para hacerle sentir el rigor docente.
Más allá de la retórica de los funcionarios provinciales y del impacto del aumento anunciado, así como de la adhesión de los nucleados en el gremio reclamante, que puede llegar a mermar, la tesitura sindical promete sostenerse conforme se vaya acercando el sprint final de campaña.
Otro de los puntos que comenzó a ser atacado dentro de este «manual de estrategias de batalla electoral», es la salud, con trascendidos e informaciones de casos controversiales en diferentes puntos del territorio correntino. Un capítulo que promete dar más para contar.
Los radicales y sus socios
Del otro lado de la grieta se ubica el oficialismo. Con el beneficio que representa el hecho de estar al frente del Gobierno provincial y de la mayoría de las comunas, con el consecuente poder dinerario que ello acarrea, se ocupa a diario de mostrar gestión.
Gustavo Valdés se puso el ajetreo sobre sus espaldas, con una agenda que involucra constantes visitas al Interior. Goya se convirtió en un enclave político por excelencia, haciendo de escala para las figuras que arriban desde Buenos Aires. Así ocurrió con Horacio Rodríguez Larreta, cuya visita representó nada menos que el anuncio del Gobernador de la fecha para las elecciones legislativas. En las últimas horas, fue el turno de Miguel Ángel Pichetto y Ramón Puerta.
Cada semana incluye varias actividades en las que se priorizan las inauguraciones y los anuncios. Por el momento, el énfasis está puesto en la entrega de notebooks para alumnos del Secundario, así como la apertura de distintos edificios como el primer Centro Tecnológico de Paso de los Libres. El pavimento y las viviendas también cumplen un rol preponderante en las buenas nuevas radicales.
Al igual que en el justicialismo, este andar oficialista no se da sin las internas indisimulables. Más que nada, los pleitos se generan, desde hace tiempo, en la UCR, con los aliados expectantes de que la sangre no llegue al río, dedicados a mostrar una buena performance para aplacar un poco el avasallante manejo del poder que tienen los de Alem. Estos, vienen mostrando cuadros de peso propio y envergadura parlamentaria como es la línea media que conforman Noel Brear, Ricardo Colombi y «Checho» Flinta, que desde la Cámara alta marcan el rumbo, con un poderío a veces avasallante, lo cual no debiera ser obviado por el espectro opositor a la hora de definir los jugadores que pondrán en la cancha en 2023.
En cuanto a los conflictos, Valdés se alejó del cabotaje, apuntando sus cañones al Gobierno central y al propio Alberto Fernández. Lo mismo hizo Ricardo Colombi, algo llamativo puesto que siempre su predilección estuvo en las peleas de «pago chico». En las últimas horas, «atendió» mediáticamente tanto al Jefe de Gobierno porteño como a Patricia Bullrich, tratándolos de «porteños centralistas», para resaltar la imagen del precandidato presidencial del radicalismo, Gerardo Morales. Aseguró que el jujeño es el único dentro de Juntos por el Cambio que asegura el «verdadero federalismo». Esto, más allá de que en la recta final, por aquellas cosas que tiene la política, el jujeño terminará secundando en la fórmula presidencial al Jefe de Gobierno de la Ciudad.
Ello, en el marco de una sociedad política de este sector del PRO con los radicales que tiene su manifestación más expresa en cuidar a Martín Lousteau que, no es improbable, termine recuperado para la UCR el bastión más preciado que es la Capital Federal.
Tras bambalinas y como desde hace cuatro décadas lo viene haciendo, la figura del gran armador ucerreísta, Enrique «Coty» Nosiglia, que se las ingenia logrando lo que pocos, mantenerse en los primeros planos de la política nacional, con aceitados vínculos transversales.
Volviendo el plano local, otro que se mostró en la primera línea de la batalla local fue el senador, Enrique Vaz Torres, quien advirtió un «tufillo» electoral en el entuerto del Senasa con la avícola de Santa Ana, respecto a la gripe aviar. Tema candente que ayer ofreció otro capítulo (ver página 8).
Con todo, el tránsito proselitista del radicalismo y demás fuerzas que componen ECO + Vamos Corrientes promete adquirir velocidad en las próximas semanas. Quedando por ver qué ocurrirá con el enfrentamiento del sindicato díscolo del sector docente, teniendo ya por sentado que se aplicarán descuentos a los que pararon, otra vez.
Gran malestar en el peronismo sauceño
Varios dirigentes y afiliados del justicialismo de Sauce viajaron a la Capital correntina con motivo de participar en el cierre de alianzas que competirán en las próximas elecciones. Los mismos manifestaron sentirse defraudados por las autoridades provinciales y por la Intervención partidaria, ante lo que consideran una proscripción del peronismo sauceño (Lista 2).
Los peronistas que viajaron el pasado martes 11 manifestaron que, al querer participar de la presentación de alianzas, les negaron esa posibilidad, impidiéndoles ser parte de dicho proceso, sintiéndose ninguneados por los propios compañeros y responsables de llevar adelante las instancias electorales mencionadas.
La explicación recibida por este grupo de justicialistas, que se sienten estafados, fue que -en Sauce- el Frente de Todos (cuya columna vertebral es el peronismo) no formaría parte del cierre de alianzas ni futuras presentaciones de listas, y que todo lo manejará el Frente Renovador, lo que consideran un despropósito y una traición partidaria.
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