A 37 años de su muerte, recordaron al primer Obispo de la Diócesis de Goya, monseñor Alberto Devoto, cuya celebración la presidió a la siesta de este 28 de julio su actual sucesor Adolfo Canecín, a la vera de la Ruta Nacional 12 en el paraje El Carmen, lugar de la tragedia vial donde perdió la vida junto a dos acompañantes en el vehículo, en tanto al anochecer presidió la misa en la Catedral, donde reposan los restos mortales del conocido como Apóstol de los Pobres.
En el sitio denominado de las Tres Cruces, monseñor Canecín concelebró la eucaristía con los presbíteros Juan Carlos Mendoza y Rubén Cattay, mientras que en la Catedral concelebró el vicario general, Juan Carlos López y realizó un responso ante la tumba de Devoto.
A 60 AÑOS
En el marco del Año Jubilar Diocesano por los 60 años de la creación de la Diócesis de Goya y que precisamente tuvo a Devoto como su primer Obispo, el actual prelado goyano al hacer «memoria agradecida», rescató la figura ligada a las virtudes y características que hicieron posible que el primer Obispo diocesano fuera un verdadero «Apóstol de los Pobres».
«Monseñor Alberto Pascual Devoto, caracterizado por su compromiso con los derechos humanos, la demostración de cercanía hacia los más pobres, la visita a los encarcelados y sus votos de pobreza», fueron el eje de la homilía de Canecín.
EL DECESO, CON PASCUA
Recordó en su homilía el compromiso de su predecesor con su pueblo, señalando que «como cristianos nos duele cuando un ser querido parte de este mundo, hace pascua, pero también ponemos el acento no tan solo en la dimensión de partida sino en lo que comienza y, por eso, celebramos fiesta, por lo que comenzó el padre obispo Alberto, junto a Argentino Ojeda y Mario Romero, que lo acompañaban ese día en el auto; ellos comenzaron la fiesta del Reino».
Parafraseando al padre Julián Zini dijo «que la vida es una, que se hace eternidad», pidiendo a Dios que «concedió el Ministerio episcopal al obispo Alberto Devoto y lo contó entre los sucesores de los Apóstoles, le conceda compartir con ellos la gloria eterna», al hacer «memoria agradecida» a los 37 años de «su pascua».
RESPLANDOR
Respecto a la primera lectura que se leyó, donde «Moisés estuvo contemplando a Dios y su rostro resplandecía», dijo que en las Sagradas Escrituras «el resplandor habla de la luz; y si el rostro de Moisés resplandecía era porque estaba hablando con Dios», por lo cual consideró que»seguramente algo así le pasó a monseñor Alberto Devoto y a cada uno de los padres conciliares» cuando «supieron vivir durante varios años la experiencia de aquel Pentecostés» del Concilio Vaticano II.
«Seguramente todos los padres conciliares cuando regresaban a sus diócesis volvían como transfigurados, después de haber estado con el Señor y con los hermanos, en la presencia de Dios en ese Pentecostés que fue el Concilio Vaticano II», reiteró.
Más adelante remarcó que el primer Obispo «intentó responder a la voluntad del Señor», por eso se propuso «vivir un estilo de vida y generó una Iglesia, que era la Diócesis naciente, con ese estilo a veces incomprendido».
«Alberto Devoto fue un pastor fiel», subrayó el Obispo y renovó el llamado a «mantener viva su memoria» que ayudará a «hacer un discernimiento comunitario» y animó a imitar su «fidelidad a la Palabra de Dios».
DESDE TODOS
«La mejor manera que tenemos hoy de hacer memoria y honrar la memoria de nuestro primer Obispo, es hacer un compromiso: la Iglesia que el Señor Jesús soñó para esta etapa de la historia. Queremos ser esa Iglesia que Cristo soñó al fundar», y remarcó el lema del año jubilar, diciendo: «Vayan juntos y testimonien mi vida, que sintetiza todo un modo y proyecto de entender la Iglesia, en plena sintonía con aquello que viene de la época del padre obispo Alberto», señaló.