Con el avance de la modernización, cada vez más personas conviven con el uso diario de dispositivos tecnológicos. Lo que genera, a su vez, que cada vez más niños crezcan rodeados de variedades de pantallas.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten constantemente a los padres las consecuencias que trae su uso excesivo a temprana edad. En diálogo con EL LIBERTADOR, el médico psiquiatra Emilio Hidalgo contó sobre el fenómeno, partiendo desde cuáles son las consecuencias más visibles, los tiempos recomendables, y como tratarlo.
Se recuerda que, cada año, tanto la OMS como distintas sociedades pediátricas han expuesto los problemas que generan su uso durante el desarrollo infantil.
Así transcurrió parte del diálogo.
¿A qué llamamos el uso de pantallas a temprana edad?
-Se habla del uso de pantalla a temprana edad cuando hablamos en menores de 12 años. Para la OMS, por ejemplo, las pantallas tienen que estar totalmente prohibidas en niños que están durante el primer año de vida. Para las neurociencias, en los tres primeros años de vida no debería haber ningún contacto con pantallas porque es un momento en el que se establecen códigos analógicos del lenguaje que tienen que ver con la sociabilidad, la interacción con otras personas, y las pantallas pueden interferir mucho con esto y con el desarrollo del lenguaje, no sólo no verbal, es decir analógico, sino también el lenguaje verbal.
¿Qué consecuencias conllevan?
-En general, las consecuencias se van a ir viendo en todos los estadios evolutivos de ese niño que consume pantalla, ya sea con un aumento del sedentarismo cognitivo, es decir, no estar pensando en tantas cosas sino concentrarse simplemente en su pantalla, en su jueguito. Y por una superposición de pantallas que es algo que se ve mucho ahora, que están en los celulares y mirando la tele al mismo tiempo o a veces la tableta prendida, esa superposición hace que disminuya mucho su atención y puede traer problemas en las escuelas o en algún tipo de actividad que no le resulte tan entretenido. Ese es el riesgo cognitivo.
El riesgo de adicción se da porque esa interacción con ese contenido que le gusta al niño genera muy pequeñas dosis de una sustancia llamada dopamina, la misma se obtiene con una felicitación de la maestra o de la mamá, y eso hace que quiera obtener cada vez más gratificación. Pasa mucho con los juegos electrónicos, con los jueguitos cuando van superando el nivel o cuando va ganando moneditas o plata, eso le aumenta los niveles de dopamina y genera una adicción que no será tan grave, por ahí como podría ser una adicción a una sustancia, pero que trae consecuencias en su interacción con otros amigos de su edad, con los padres, o el contacto con el medio ambiente.
Sociabilizar, ¿la más visible?
-Las consecuencias más visibles se tienen en sociabilizar con los padres sin lugar a dudas, esta cuestión de sociabilizar a través de lo digital. Hay muchos chicos que tienen amigos digitales que viven en España, en otros países, y los consideran amigos, y por ahí se pierden de la acción con otros amigos o compañeros de colegios que viven a la vuelta de la casa. Trae consecuencias en la interacción social real.
¿Cuáles son los tiempos de pantallas recomendables?
-Los tiempos de pantallas recomendables según la edad van a ser lo mínimo posible. Si nosotros tenemos que hablar de un tiempo antes de los 12 años, una hora de pantalla por día sería lo indicado. Lo que pasa es que está muy complicado ese tema. No vamos a decir tantos horarios sino lo mínimo posible. El chico debe tener momentos para interactuar con los amigos, para jugar, para hacer cosas que lo muevan y que no lo esclavicen delante de la pantalla. A partir de los 13 y 14 años aumenta la interacción, muchas veces porque empiezan aparecer las redes sociales, los grupos de Whatsapp, el que tienen que quedar al nivel de la pantalla para que puedan conectarse con los amigos y organizar cosas. Realmente se incorporan nuevas cosas que antes no aparecían con esto de las redes sociales.
¿Qué se recomienda a los padres?
-Nunca es tarde para tratar la adicción a las pantallas, las recomendaciones es ser muy cortantes, poner límites muy claros, establecer horarios de tal hora a tal hora, incorporar rutinas que incluyan actividad física, salidas al aire libre, interacción con otros amigos. Aumentar las dinámicas familiares, la conversación, involucrarse en lo que está haciendo el hijo, pedirle ser amigos, si está en una red entender qué es lo que está haciendo el chico en ese momento.
Y hay un concepto que me parece importante que es de nativos digitales, el cual ha dado tanta confusión porque parece que los chicos supieran cosas que los padres no saben y, en realidad, tiene que ver más con esta falta de interés por ahí de los padres de asesorarse. Basta con hablar con el chico, entender qué tipo de juegos está jugando, con quién está interactuando, entender su lenguaje y meterse un poco en eso y vamos a entender que no hay nativos digitales simplemente, hay por ahí personas que no están tan interesadas en aprender.
¿Qué hay que entender con la temática?
-Es importante entender que este es un fenómeno que está para quedarse, hay otros países en los que incluso hay clínicas para tratamientos de las adicciones a las redes sociales o al Internet donde se internan estos chicos y se los pone bajo un régimen «militar» sacándose cualquier contacto con Internet o con celulares. Me parece que es importante no llegar hasta ese punto haciendo todo lo que este a nuestra disposición y alcance para minimizar el tiempo de contacto de los chicos con la tecnología.
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