Para mañana el Servicio Meteorológico Nacional emitió un alerta por viento norte para gran parte de la provincia de Corrientes. Tradicionalmente se relaciona a las ráfagas de esta dirección con alteraciones en el carácter de las personas y los animales. Y, según la ciencia, esto es algo real.
Un dicho popular dice: «Con viento norte no hay hombre bueno, ni mujer amable, ni caballo manso, ni víbora que no muerda». Y es que, realmente, se trata de un fenómeno climático que sí altera el sistema nervioso de personas y animales.
La biometeorología es la disciplina que se encarga de estudiar todos estos procesos fisiológicos y patológicos. Dentro de esta disciplina, encontramos la biometeorología psiquiátrica que se encarga de las enfermedades mentales concretamente.
Aquí se puede ubicar este típico viento cálido y seco que, sumado a la baja de la presión atmosférica produce diversos efectos en las personas. Estos efectos son muy importantes en un 50 por ciento de la población afectada, leve en un 25 por ciento de la misma y prácticamente nula en el restante 25 por ciento.
Si bien son efectos muy conocidos entre la población, se deben principalmente a que el aire se carga excesivamente con iones positivos, lo cual afecta de alguna manera el funcionamiento normal de nuestro sistema nervioso y de compensación física. También influye de manera importante las características del aire ya que es excesivamente seco y cálido.
Desde 1975 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) vienen prestando especial atención a la electricidad atmosférica y a los procesos de ionización en la baja atmósfera por sus repercusiones en la salud. Los estudios han demostrado que cuando el aire tiene una carga excesiva de iones positivos, adquiere efectos perturbadores que afectan al estado anímico y al estado de salud de las personas.
Muchos estudios evidencian como este tipo de fenómenos así como los vientos resecos, pueden agravar trastornos como la depresión, la ansiedad, el síndrome de agitación psicomotriz, irritabilidad, jaquecas, disminución de la atención, excitación nerviosa y aumento de la agresividad.
Con datos de Aemet blog y Todo Jujuy