El objetivo es incentivar a los jóvenes a que emprendan. Y como dice un famoso refrán de la vida, mejor hechos que palabras. Así es como tres estudiantes correntinos apostaron al campo y hoy fomentan a que otras personas se sumen.
Hace un tiempo los entrevistó EL LIBERTADOR para promover los buenos ejemplos, cuando en especial provienen de una etapa etárea que es cuestionada y muchas veces con fundamentos, pero para lo cual el generalizar nunca es recomendable.
Gonzalo Sosa, Ariel Cappelari y Sergio Sandoval, se conocieron a través de amistades en común y la inquietud por emprender los llevó a desarrollar diferentes proyectos. Desde venta de bicicletas a las economías regionales, como se dio a conocer en aquella edición, y que en esta ocasión se informó en la página web news.agrofy.com.ar, la que precisamente Gonzalo Sosa compartió con EL LIBERTADOR y reiteró el agradecimiento.
El proyecto se despliega en cuatro hectáreas de plantación de limones en Yatay Tí Calle, donde hace unos días cosecharon 4.000 kilos y parte de la producción ya se vendió a una empresa que fabrica helados en Buenos Aires.
El emprendimiento es el hilo conductor de estos jóvenes que buscan mostrar que es posible trabajar la tierra, a pesar de venir de rubros distintos al agro. Gonzalo Sosa ratificó al medio informativo digital que el interés por el campo llegó con las ganas de emprender en el sector agrícola. Además del proyecto en común, también surgieron iniciativas para criar cerdos y sembrar mandioca.
Para los tres amigos, el emprendimiento es muy importante. «Refleja las ganas de arriesgarse por algo que nos gusta, solventando las necesidades de la sociedad», contaron a este medio.
Mientras definen a esta búsqueda de oportunidades como un disfrute, quieren fomentar a otros jóvenes a este tipo de iniciativas: «Es importante mostrar que se puede».
Como relataron en la primera entrevista con el diario, con la idea de incursionar en el campo, viajaron hasta la localidad en el domo agrícola correntino para alquilar un predio y sembrar sorgo y de camino al lote, pasaron por una quinta que es del tío de uno de ellos y vieron cuatro hectáreas de limones que estaban en cierta forma abandonadas. Averiguaron y se pusieron como meta reflotar esa quinta y a casi dos años del proyecto ya cosecharon los frutos de la dedicación y la responsabilidad en equipo, no sin inconvenientes, aunque con el asesoramiento de ingenieros agrónomos, empresarios, otros productores y hasta YouTube.
Cabe puntualizar que la comunicación de la iniciativa ocupa un lugar especial, ya que a través de las redes sociales quieren transmitir la pasión por emprender, pero también mostrar la importancia del limón en Corrientes.
«El emprendimiento lo mantenemos con nuestros recursos, con la diferencia que hacemos a través de nuestro trabajo y de otras actividades, que permite que siga creciendo», contó Gonzalo Sosa.
«Tenemos nuevos proyectos, no sólo de cítricos, sino de sembrar otros cultivos y sumar nuevas personas jóvenes que estén interesadas en trabajar las tierras», comentaron. Una actitud plausible, porque tantas veces se analiza la emigración de muchachos y chicas del campo a las urbes, aquí se apuesta a lo inverso, a sabiendas de que tampoco es más fácil la tarea.
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