Los animales que están en las calles son un gran problema en todas las sociedades. En contraposición, son muy pocas las personas que se ocupan al cien por cien de recuperarlos y encontrarles a alguien que los cuide. «Lo que siempre hace falta es una campaña de esterilización masiva y de concientización a la población», dijo a EL LIBERTADOR, Lorena Soto Berzzotti, referente de Pequeños Peludos Corrientes, una organización que se ocupa del rescate, tránsito, recuperación y adopción de los callejeros.
Insiste que todo es producto de que la gente no lleva a castrar a sus mascotas. Y contó que hay semanas en que llegan a tener entre 40 y 50 animales para rescatar. «Una mamá puede tener un promedio de entre nueve y diez cachorros por vez. Y solemos tener varias hembras con sus pequeños en pocos días», indicó. Ahí comienza la carrera por encontrarles un lugar en el que estén protegidos.
«Nosotros no tenemos un lugar físico permanente. Nuestra tarea es el rescate, con retención previa y tránsito hasta encontrarles un adoptante», explicó. Sobre esto, contó también que conseguir un sitio donde el animal pueda estar cuidado mientras se lo recupera, para que luego sea adoptado, es uno de los pilares de la actividad de la organización.
Dar tránsito a un callejero implica que alguien se ofrezca y ofrezca su casa para que el rescatado pase el tiempo de su recuperación. «Nosotros nos hacemos cargo de la atención veterinaria, pero necesitamos que estén atendidos de manera particular y no amontonados en un lugar en específico, por eso siempre estamos buscando voluntarios que se sumen para hacer el tránsito, ya que, sin esto, no podemos sacarlos de las calles. Por suerte, son muchas las personas que nos ayudan porque les gustan los animales y quieren que estén bien», agregó Lorena.
Sobre cómo les afectó la pandemia, ella describió dos situaciones. «Por un lado nos golpeó, ya que quienes más se ofrecían para hacer tránsito eran estudiantes que querían tener la compañía de un animal, sabiendo que no iba a ser por mucho tiempo por los viajes y demás. Cuando vinieron las restricciones, muchos se tuvieron que volver a sus pueblos y nosotros nos quedamos sin su gran ayuda. Pero, al mismo tiempo, el encierro hizo que la gente se sienta un poco sola y eso ayudó mucho en las adopciones. En ese sentido, fue algo muy bueno para nuestro trabajo», explicó.
UNO PARA
CADA QUIEN
Cuando una persona manifiesta su deseo de adoptar a un animal, el trabajo de Pequeños Peludos se aboca a encontrarles el indicado. «Nos entrevistamos con el interesado y le explicamos todo lo que implica hacerse responsable de una mascota. Lo que nos interesa es conocer al posible adoptante, porque a los peludos ya los conocemos», mencionó la rescatista.
Según explicó, el objetivo de la entrevista es hacer que la persona esté lista para darle lo mejor a la nueva mascota. Y sobre si tienen devoluciones, dijo que sí y que, por lo general, se da porque no hacen caso a las indicaciones que se les dan. «Los cachorros, por ejemplo, son los que nos dan más dolores de cabeza, porque son muy lindos para las fotos y demás, pero a medida que van creciendo van manifestando su carácter. Algunos son muy inquietos o muerden cosas y ahí empiezan las quejas. Todo eso les explicamos en la entrevista. Hay gente que los acepta igual y se hace cargo, pero hay otros que, pasado un tiempo, deciden devolverlos».
«Con nuestros adultos, en cambio, no tuvimos ninguna queja. Es simple, si sos activo, te indicamos que la mascota ideal para vos, son los que tienen más energía; Si sos tranquilo, te recomendamos un perro tranquilo como vos. Hay un animal para cada tipo de persona», agregó.
Por último, en cuanto al final de su trabajo con cada animal, la respuesta de Lorena es simple. «En el caso de los adultos, cuando están sanos y encuentran una familia. Y en el caso de los cachorros, cuando son adoptados, están bien y llega el momento de su castración. Cuando un animal es castrado, significa que ya no se va a reproducir. Una vez que nos aseguramos que esto ocurra, ahí termina nuestro ciclo», finalizó.
Todo tiene un origen
Lorena cuenta que Pequeños Peludos nació hace nueve años, cuando ella comenzó sus estudios en la Facultad de Ciencias Veterinarias. «Ahí comencé a ver lo que significaba transitar un animal y empecé con un paralítico. Ese gordo (pesaba casi 40 kilos) me atrapó, fue el precursor de todo esto. Como era muy grande, tuve que recorrer muchos lugares y me di cuenta de que ningún refugio es ideal. Mis compañeros de la facu se sumaron e íbamos todos los días a limpiar el lugar en el que estaba él y lo sacábamos a pasear. Un día lo adoptaron y fue a un espacio muy lindo donde vivió feliz hasta que murió. Yo lo seguí hasta el final y así decidí que esta tarea tenía que seguir.
Cómo ayudar
El trabajo que realizan es completamente voluntario, pese a que los gastos están presentes todo el tiempo. Para solventarse y seguir con la actividad, realizan rifas, diseñan y venden productos, instalan alcancías en algunos kioscos, reciben donaciones, etcétera. «Hacemos de todo, hay gente que nos dona dinero o va a las veterinarias y paga las cuentas de forma particular. También recibimos medicamentos y con eso armamos un botiquín. Siempre decimos que lo mínimo, para nosotros es mucho·.
Los interesados pueden buscar la dirección @pequenospeludosctes en Instagram o la página de Facebook y ahí se detalla todas las formas en que pueden ayudar.
Pogramas de esterilización
Por su experiencia, Lorena sostiene que la castración es la única forma de disminuir la población de animales en las calles. Aunque reconoce que, en el caso de las personas de bajos recursos, se trata de una acción muy difícil de llevar a cabo. Por eso reconoció la importancia de programas públicos de esterilización masiva que se llevan adelante por parte de los organismos estatales. Mencionó por ejemplo que todos los fines de semana hay organizaciones que realizan campañas de esterilización en los barrios, o el programa Mascotas Saludables del Municipio, con el muchas personas tienen la oportunidad de llevar a castrar a sus animales de manera completamente gratuita.