Enzo tiene un sueño que en cualquier momento lo puede hacer realidad.
Tiene 20 años, su apellido es Aguirre y lleva nombre del ídolo de River, Enzo Francescoli, ni más ni menos.
El chico desde los 14 años forma parte del mundo de las inferiores del «millonario». El futbolista correntino formó parte del equipo de reserva de River que el jueves 4 le terminó goleando a Boca Juniors por 4 a 1 en el predio de River en Ezeiza. Pero más allá de la presencia de Aguirre en el cotejo, lo saliente es que anotó uno de los goles del equipo de «la banda roja».
El correntino conversó con la página oficial de la institución de Núñez e hizo un repaso de la actualidad, su llegada a River, sus años en la pensión del club y sus comienzos en la escuela de fútbol del Complejo Costa Sur en su Corrientes natal.
Enzo juega actualmente de lateral por derecha, y se muestra contento por este presente y va por la cristalización de su sueño: «Estoy feliz por lo que estoy viviendo, por jugar en la división Reserva y mantenerme en el equipo. Me motiva para seguir luchando por mi sueño de llegar a Primera, por mi familia y todos los que me quieren. Luché y di todo para tener una oportunidad y no la desaproveché. Es un gran paso y ahora hay que ir por más».
Así se desarrolló parte de la entrevista.
¿Cómo fue la experiencia de llegar a la categoría Reserva?
-El cambio lleva un tiempo de adaptación, se juega a otro ritmo, se marca mucho más y hay pocos espacios para jugar. Tenés que estar al máximo desde lo físico y técnicamente ser preciso, porque debés resolver todo a uno o dos toques. No podés estar desconcentrado en ningún momento. Eso se logra entrenándote todos los días al ciento por ciento.
Terminaste jugando de lateral por derecha, cuando lo hiciste mucho de volante por ese sector y también de 5 en la mitad de la cancha.
-Me siento cómodo jugando de lateral y me ayuda mucho en la proyección el haber jugado de 8. La clave está en progresar todos los días un poco más, eso te hace crecer como jugador y formarte lo más completo posible.
Y Martín Demichelis te llevó a entrenarte con la Primera División.
-Fui un par de veces. Martín me dijo que además de defender, quería que pase continuamente al ataque. Ahí noté que el ritmo es más intenso y que no podés fallar.
Tuviste la posibilidad de ver a los que juegan en tu puesto.
-Miraba con atención todo lo que hacían Simón y Herrera para saber lo que me falta y agregarlo a mi juego. Es bueno porque lo hacés en lo táctico y futbolístico con los jugadores de Primera.
¿Qué otras cosas te llamaron la atención?
-La precisión que tienen para mover la pelota a gran velocidad en espacios reducidos, cómo manejan los perfiles, los controles, cómo atacan los espacios y dan los pases fuertes hacia adelante. Cómo presionan alto para recuperar la pelota. Es el camino que hay seguir para llegar a Primera.
¿Cómo fueron tus comienzos?
-En Corrientes jugaba en Costa Sur, la escuelita de mi barrio. De ahí pasé a Boca Unidos, donde jugaba de 8 y también de 5 hasta que me tocó venir a River.
¿Cómo surgió esa posibilidad?
-Me dijeron si quería probarme en River, vine con mi papá y mi tío. Estuve una semana y quedé. Esto fue hace seis años. Estuve cuatro años en la pensión, ahí me contuvieron y enseñaron muchas cosas. Toda la gente que trabaja ahí es bárbara y te hacen crecer como ser humano. No hay palabras para agradecer lo que hacen por los chicos que venimos del interior.
¿Cuáles son tus características como futbolista?
-Soy un jugador con buena marca y dinámica. Me gusta pasar al ataque y puedo jugador de 8 y volante central. Además de mirar a Simón y Herrera, también sigo a Walker, el lateral del Manchester City, y también observé mucho a Montiel.
Formaste parte del plantel selectivo. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Me ayudó mucho a aprender cosas y que me vean de la Reserva. Y el técnico Edgardo Sbrissa nos fue enseñando y preparando para llegar a Reserva y qué cosas te van a exigir en Primera.
¿Cómo es el sueño de jugar en Primera?
-En lo primero que pensás es en hacerlo por tu familia. Por ellos lucho y quiero lograrlo. Mi mamá Evelyn y mis hermanas Eliana y Evelyn y también mi sobrina, Catalina. Y con un cariño especial recordando a Feliciano, mi papá, que desde algún lugar siempre me guía y acompaña.
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