La doctora Claudia Borgas nació en la ciudad de Alvear. Provenía de un hogar humilde, sin antecedentes de personas que hayan accedido a la educación superior, y llegar a la universidad fue un gran logro tanto para ella como para su familia.
Se graduó en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) en el año 1992. Borgas guarda un recuerdo permanente de su paso, según relató Medios Unne.
Allí tuvo profesores que la guiaron y fueron inspiradores en su formación, como el docente en la Cátedra de Anatomía, Germán Wimpelevich, quien la orientó en la carrera y fue un sostén en los momentos cruciales.
En la especialidad de Cardiología, el doctor Daniel González, actualmente un profesional destacado en la ciudad de Londres.
Tras graduarse, realizó una pre-residencia en el hospital Escuela José F de San Martín de la ciudad de Corrientes. Ya en 1993 se mudó a Buenos Aires, donde reside actualmente, para continuar con su especialización que inició en el Hospital General de Agudos Carlos Durand.
Su especialidad profesional de base es la cardiología. Al hacer las rotaciones por las distintas sub-especialidades, descubrió la Medicina Nuclear, una rama que hasta ese momento conocía poco.
Gracias a la cardiología, comenzó una rotación en el servicio de Cardiología Nuclear del Hospital General de Agudos Dr Cosme Argerich, donde tomó gran interés por esta línea de la medicina.
Borgas explicó que la medicina nuclear puede ser tanto diagnóstica como terapéutica. Utiliza material radiactivo para obtener imágenes que ayuden a establecer un diagnóstico. En cardiología específicamente se utilizaba para observar el estado de las arterias coronarias, aunque con el avance tecnológico también se la emplea para estudios de miocardiopatías, enfermedades valvulares e incluso enfermedades infecciosas.
Su formación en el área la inició a partir de una beca en el hospital Italiano donde se capacitó en Medicina Nuclear General, lo que le permitió analizar, además de estudios cardiológicos, casi todos los órganos, desde huesos y riñones hasta tiroides.
Se desempeñó durante varios años como jefa del área de Medicina Nuclear en el Hospital General de Agudos Dr Ignacio Pirovano de la ciudad de Buenos Aires, plaza que dejó tras una dilatada trayectoria que inició como médica en la guardia externa.
Actualmente, además de ser jefa del Área de Medicina Nuclear del Hospital General de Niños Ricardo Gutiérrez, también cumple funciones en el Hospital Médico Policial Churruca Visca.
En el Hospital de Niños convive a diario con el sufrimiento de los pequeños, «pero el poder ayudarlos todos los días, hace que mi vida tenga sentido».
En 2021, en el hospital Gutiérrez, Borgas estuvo al frente de una investigación como parte de un equipo que realizó estudios de cardiología post-Covid-19 en niños.
El trabajo, que se refería a la Utilidad diagnóstica del centellograma óseo en el esclarecimiento diagnóstico del síndrome de Silverman Caffey, fue presentado en un congreso internacional de Medicina Nuclear y mereció una distinción en el Congreso Iberoamericano de Medicina Nuclear y Cardiología Nuclear.
Se da en niños entre los seis meses y dos años, quienes presentan alteraciones a nivel tanto óseo como muscular y cuyo diagnóstico se realiza por radiografías.
La conclusión técnica de la investigación fue que la medicina nuclear, al ser básicamente un estudio metabólico, permite identificar las lesiones a nivel celular previo a que se produzca la lesión orgánica, lo cual es determinante para un tratamiento posterior.
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