La comunidad educativa de la Escuela Técnica Juana Manso, celebra hoy el centenario de su creación en Corrientes: «Un hito significativo en nuestra historia educativa», destacaron.
Es por ello que el festejo será a partir de las 9, en las instalaciones de la escuela, ubicada en avenida Teniente Ibáñez 1.951.
«Cumplimos 100 años de caminos recorridos y esfuerzos compartidos, de proyectos realizados y un enorme porvenir…», indica la invitación.
Durante el acto, se tiene previsto rendir homenaje a los miles de alumnos que han pasado por sus aulas y que hoy se destacan en diversas profesiones, contribuyendo al desarrollo de la sociedad.
«Este centenario no sólo representa un momento para recordar el pasado, sino también una oportunidad para mirar hacia el futuro con renovadas expectativas y compromisos», remarcó en diálogo con EL LIBERTADOR, la rectora Silvia Moiragui.
RESEÑA
Como homenaje de este significativo aniversario, se publicó un libro Nuestra historia 1924-2024. Allí se hace referencia a los inicios: «Siendo presidente de la Nación Argentina, el doctor Marcelo Torcuato de Alvear, gobernador de la provincia de Corrientes el doctor José Eudoro Robert y ministro de Instrucción Pública, el doctor Antonio Sagarna, se funda por Decreto presidencial sin número del 4 de junio de 1924 del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación, la Escuela Profesional de Mujeres de la Provincia de Corrientes. La que funcionaría por sólo unos meses, en la esquina de las calles Fray José de la Quintana y Catamarca en dos salones que había entregado en arrendamiento el Círculo de Obreros y en el lugar que ocupaba la Universidad Popular de Corrientes Doctor J Bernardino Acosta.
La Universidad Popular de Corrientes pertenecía a la Sociedad Protectora de la Educación Práctica 26, cabe destacar que fue por iniciativa de su Presidente dicha ubicación (artículo 1), mudándose posteriormente a Ayacucho 1.342 (la que sería hoy calle Yrigoyen entre Catamarca y Córdoba), años después se trasladaría por calle 25 de Mayo, frente a la Municipalidad, y en 1981 se establece en su ubicación actual por avenida Teniente Ibáñez 1.951 de la ciudad Capital de la Provincia de Corrientes», especifica.
Se agrega: «Las conformaciones de los primeros talleres para obreros y mujeres, correspondían a un movimiento generalizado que inauguró en la Argentina, la Universidad Popular de la Boca (Buenos Aires), conforme al cual, los miembros de una comunidad urbana organizaban clases o cursos especiales, de acuerdo a sus necesidades, para capacitar a sus integrantes en los conocimientos de aplicación inmediata en las profesiones, o para fines culturales. La escuela entró en funciones el 31 de julio de 1924. Llevó por nombre de creación: Escuela Profesional de Mujeres Juana Manso de Noronha de Corrientes. Fue creada por Ley de Presupuesto de 1924 y reglamentada su creación por decreto de fecha 4 de junio de 1924, recibió su nombre por decreto de fecha 18 de junio de 1926, y sus clases comenzaron el 11 noviembre de 1924.
La institución comenzó a funcionar con 4 talleres, uno de corte y confección, de tejido en telar, de bordado y de mimbrería -éste último no llegó a dictarse, siendo reemplazado por enseñanza primaria para las alumnas que no habían finalizado ese ciclo-. Además, se dictó pintura y dibujo.
A pesar de la fecha de apertura, los tres talleres comenzaron a funcionar con este número de alumnas: Corte y Confección; 30 alumnas, Bordado en Blanco, 18 alumnas y Tejidos en Telares 17 alumnas habiéndose inscripto reglamentariamente a 74 alumnas».
Desde problemas sociales a epidemias e inundaciones
Como homenaje, se publicó un libro Nuestra historia 1924-2024, de Silvina Mercedes Jara; Adela Mercedes Mendiaz y Silvia Inés Moiraghi. «Se elaboró a través de investigaciones, entrevistas y compilaciones un libro que aspira a desarrollar y contar la historia de la Escuela Técnica Juana Manso», se destaca en la introducción. En el prólogo, del doctor Jorge Enrique Denirie, se menciona «en ese libro histórico está todo, la pobreza, los problemas con la matrícula, las luchas por la asistencia, el papel estelar de la Cooperadora, las epidemias e inundaciones, los robos. Incluso una pintoresca contienda entre las autoridades y el confesionalismo de los pobladores defendiendo la permanencia de los crucifijos en las aulas».
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