Por Lautaro Franco
Saber ahorrar dinero es una habilidad muy importante que todos deberían desarrollar para tener una vida financiera saludable de cara al futuro.
En los últimos años, el concepto de «educación financiera» y la intención de incluirla como una materia más en los colegios viene creciendo significativamente. Sin embargo, todavía hay mucha gente a quien le cuesta lograr tener una capacidad de ahorro que se convierta en un hábito a largo plazo.
Esto es entendible dado el contexto de salarios bajos y una inflación cada vez más apremiante, que impiden que los sectores de ingresos medios y mínimos logren tener un resto de dinero a fin de mes que les permita constituir un ahorro.
Ahora bien, ¿qué es el ahorro? En términos simples, es el excedente de dinero que queda luego de pagar todos los gastos y se guarda para disponer de él en el futuro.
Cuando uno lo dice con estas palabras, parece algo muy sencillo, sin embargo, la realidad es completamente diferente. Por eso, la intención es brindar algunos consejos y estrategias para comenzar a ahorrar y desarrollar hábitos financieros saludables.
ESTABLECER UN OBJETIVO
Y TENER UN PRESUPUESTO
Tener un objetivo claro y específico es la base para comenzar a ahorrar. Es muy importante definir cuánto dinero queremos ahorrar, en qué plazo de tiempo y para qué propósito. Esto va permitir tomar decisiones financieras y mantenerse enfocado en él. Por ejemplo, si se desea juntar dinero para comprar un automóvil, habría que establecer una meta de ahorro mensual y un plazo de tiempo para lograrla.
Un presupuesto es el conjunto de gastos e ingresos previstos en un determinado período de tiempo. Está más asociado al ámbito corporativo, pero a nivel personal ayuda a controlar los gastos y saber con cuánto dinero se dispondrá como excedente esperado.
En este presupuesto personal, se anotarán todos los ingresos, a inicio de mes, y los gastos que se prevé tener en su transcurso. La diferencia positiva entre uno y otro constituirá el margen de ahorro. Esto permitirá identificar áreas dónde se podrían reducir gastos y aumentar ese margen de excedente.
Una relación financiera saludable podría ser, por ejemplo, intentar que los gastos nunca superen el 80 por ciento de los ingresos, pudiendo prever así un ahorro mensual del 20 por ciento restante.
Suprimir los gastos hormiga: una vez armado el presupuesto, lo ideal sería mantenerse dentro del objetivo durante todo el mes. Sin embargo, es normal que ocurran imprevistos que lleven a asumir mayores obligaciones que las presupuestadas. Una buena práctica es dejar un margen para hacer frente a esos casos.
Para eso, se considera clave evitar tentaciones en pequeños gustos no previstos. Individualmente quizás pueda parecer que no afectan a la economía personal, pero si se destina todos los días 700 pesos en un café (habiendo alternativas más económicas), al hacer la sumatoria a fin de mes, la cifra asusta. Una vez que se comienza a cortar gastos innecesarios, la capacidad de ahorro aumenta considerablemente.
De todos modos, esto no significa que no se pueda disfrutar del dinero generado con el trabajo, sino que simplemente esos «gustos» estén presupuestados de antemano y no se salgan de lo que se define a inicios de mes.
En conclusión, establecer un objetivo, hacer un presupuesto, cortar gastos innecesarios y mantener el margen de ahorro son algunas de las estrategias que pueden ayudar a comenzar a aprovechar los excedentes de dinero y desarrollar hábitos financieros saludables.
Además, el ahorro es el primer paso para luego invertir el dinero en instrumentos que ofrezcan un rendimiento atractivo y permita hacer crecer el capital para alcanzar las metas financieras en un menor plazo.
Es importante recordar que ahorrar dinero no se trata de privarse de todos los placeres de la vida, sino de encontrar un equilibrio entre satisfacer necesidades y deseos actuales y asegurarse un futuro financiero estable y seguro.
El autor es Team Leader de Banca Digital de PPI.
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