Transcurren los días y, pese a que aún falta para el inicio de clases, estudiantes terciarios y universitarios comienzan con la misma preocupación que enfrentan todos los años: encontrar un alquiler acorde a sus necesidades y, en el medio, evitar las estafas, tan constantes en las redes sociales.
La constante variación de precios obliga a los inquilinos a barajar la posibilidad de cambiar de vivienda. En ese sentido, quienes residen en otras ciudades o provincias y deban asentarse en la Capital inician las gestiones para conseguir un lugar.
Así, además de la odisea de hallar un sitio acorde, se suma la preocupación acerca de las publicidades engañosas u operaciones fraudulentas que puedan enfrentar, sobre todo en posteos a través de las redes sociales, desde hace mucho utilizadas como medio tanto para la oferta como para la demanda de productos y servicios, y por donde, además, interactúan cientos de delincuentes que a diario ofrecen inmuebles inexistentes o que no son de su propiedad.
Alerta, publicidades engañosas: el riesgo en plataformas online
Empleadas por millones de usuarios para comercializar productos y servicios, las redes sociales y sobre todo la Marketplace de Facebook representa un riesgo permanente, debido a que casi a diario ciberdelincuentes interactúan con damnificados, quienes en el afán de conseguir alquiler, dan información sensible o hasta realizan transferencias de dinero por adelantado, y finalmente al llegar al lugar donde debería encontrarse el inmueble se topan con que se trató de un engaño, ya sin la posibilidad de entablar comunicación con el estafador y reclamarle por el episodio.
Una necesidad y una oportunidad: delincuentes, al acecho
Al acecho, delincuentes ven como con cada necesidad tienen una oportunidad. Es por ello que desde las inmobiliarias y también las fuerzas de seguridad advierten a tener por constatado con anticipación que la oferta sea real. Además, llaman a que presten atención en los anuncios, publicados en redes sociales, para corroborar su veracidad. todo ello con el objetivo de evitar que las personas sean víctima de fraudes, como sucedió hace pocos meses, cuando una víctima depositó dinero para reservar el lugar y finalmente, al llegar al sitio, se dio cuenta que se trataba de una maniobra fraudulenta.
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