El Defensor de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires y presidente de la Sociedad Iberoamericana de Gerontología y Geriatría, Eugenio Semino fue entrevistado por EL LIBERTADOR.
En ameno diálogo, celebró que el Senado nacional haya incorporado en orden de preferencia a la movilidad jubilatoria. Remarcó que se trata de una cuestión crucial ante la continua devaluación económica y su impacto sobre jubilados y pensionados.
Asimismo, advirtió que la inflación ha devastado los haberes del sector, y la situación se agrava con la pérdida de valor adquisitivo de las jubilaciones y pensiones mínimas, con alcance a cinco millones de personas, incluyendo a los beneficiarios de pensiones no contributivas para personas con discapacidad.
El especialista, a su vez, indicó que para revertir este escenario, se necesita una reformulación profunda del sistema político y económico, considerando nuevas fuentes de financiamiento y abordando el trabajo no registrado.
Así se desarrolló parte de la conversación.
Existe un alto grado de probabilidad de que en la próxima sesión el Senado trate la movilidad jubilatoria.
-Esperemos que se trate. Yo creo que no se percibe en su dimensión la situación real del sector, porque los haberes al día de hoy se siguen licuando. Fue brutal lo que pasó con la administración anterior, donde la inflación lo devastó definitivamente, y en esta administración tuvimos la devaluación de los primeros días, que empeoró esa situación grave que tenían en términos económicos, jubilados y pensionados. A posteriori, vemos que la inflación le sigue ganando holgadamente a los haberes jubilatorios. En los primeros cinco meses de este año, los haberes de las jubilaciones y pensiones mínimas, que son la gran mayoría, desgraciadamente, cinco millones, y las que son submínimas, que son los ingresos de pensiones no contributivas para personas con discapacidad, el 70 por ciento de los haberes mínimos, entre otras, perdieron alrededor de quince puntos respecto a la inflación anterior.
¿Cómo se encuentra el día a día del jubilado, del pensionado, hoy?
-Para analizar concretamente qué está pasando hoy, en el mes de julio, con la aplicación del IPC, que obviamente aparece como un índice indubitable, por la procedencia, proviene de un organismo que viene haciendo bien las cosas, que es el Indec, sin embargo, hay que analizar este mes, porque lo que reajusta en este mes, el IPC es el 4,2 por ciento para todos los jubilados y pensionados, pero sobre esas mínimas se aplica sobre el haber, que pasa de 207 mil pesos a 215 mil pesos. Pero existe algo que venimos cuestionando desde su inicio, un año y siete meses, que es ese pago no remunerativo, que es un pago en negro a los cinco millones de jubilados, que se conoce con el término de bono. Ese bono es discrecional. Por ejemplo, en 2023 subía o bajaba conforme a la cercanía o al post elección o el período posterior a la elección. Y este año, ¿qué está pasando? En el mes de junio, ese bono va a ser de 70 mil pesos, es decir, los mismos 70 mil pesos que cobraron en el mes de marzo, es decir, se repite, sin ser considerado en términos de reajuste, nominalmente, por lo cual jubilados este mes, por la mínima, hubo un reajuste menor a 8 mil pesos, y eso no mueve el amperímetro en el estado de postración que vienen viviendo en estos años y acrecienta su fragilidad. Porque cuando uno toma el total que está percibiendo de bolsillo, sobre el total, el reajuste no fue del 4,3, sino que apenas llega al 3 por ciento. Esos 70 mil pesos no son los mismos que recibió en marzo en términos de poder adquisitivo.
«No se cuenta con los decisores
para modificar la inequidad»
¿Cuál debería ser la medida que idealmente debería tomar el Ejecutivo para revertir este escenario?
-Lo que señalo va en relación a lo que ha pasado en otros países, que sin llegar a una crisis estructural tan profunda, al advertir la crisis, hoy parece que lo que hace es convivir y cronificar las crisis, los que reaccionan son los sistemas políticos como tal, es decir, reformular un sistema que está totalmente agotado. Es decir, que en principio ese sistema político, de todos los actores y decisores, inclusive los sindicales, gremiales, es establecer cuáles son las reales pautas de financiamiento del sistema a partir de ahora, ya que el trabajo no registrado en negro sigue en aumento, que está en aumento la desocupación, por lo cual el financiamiento desde el trabajo de instituciones, empeora diariamente. Ahora tenemos una de las dos fuentes de financiamiento, y la otra es el acuerdo fiscal, que es un debate pendiente. Sólo el IVA y el impuesto al consumo lo pone «el león» en ese financiamiento, y me parece que hay que establecer qué otras fuentes hay para sanear el sistema, teniendo en cuenta el trabajo no registrado. Insisto con el tema del bono porque es representativo de un instrumento absurdo que usa el propio Estado. Si no se cambia esto, no se modifica esto, el ajuste, como corre en cada una de las administraciones, la siguen pagando los mismos. Hoy cuando se habla de superávit, es la contribución en un 35 por ciento de la seguridad social, no lo digo yo sino los altos funcionarios del propio Gobierno. Estamos hablando de más de seis millones de argentinos que están en esta situación de hambre. Sumado a esto en términos de prestaciones de salud. Insisto con un término que vengo repitiendo en organismos internacionales: el sector de personas mayores, jubilados y pensionados, y discapacidad, están sumergidos en una crisis humanitaria que no cuenta con el sistema de decisores políticos y sociales para modificarlo.
«Los haberes se han
degradado brutalmente»
v
.