Con tan solo 23 años, el rapero correntino Sánchez Carlos Edgardo Exequiel participará por segundo año consecutivo de la competencia Regional de Rosario de Red Bull Batalla de los Gallos (9 de junio).
El joven capitalino, también conocido como Exe en las distintas plazas y ámbito de la disciplina, se convirtió con el paso de los años en uno de los referentes del país con los estilos de rap y el freestyle competitivo.
En diálogo con EL LIBERTADOR, el rapero contó cómo fueron sus inicios en el ambiente del freestyle, además de la importancia y vital acompañamiento de su familia en cada etapa. También relató su mirada sobre el potencial que presenta Corrientes, y sobre su anhelado sueño de convertirse en campeón de la Argentina y de trascender con su música a nivel mundial.
Así se desarrolló parte de la conversación:
¿Cómo nació tu pasión por el freestyle?
-Es un re viaje, empezó muy desde chico sin saberlo. Recién a los 16 años (2017) fue cuando tome conciencia real de que era algo que estaba bueno y me gustaba, pero ya formaba parte de mi vida.
Creo que fue todo muy casual, muy contextual. Justo estaba dejando el fútbol, que siempre fue mi sueño, y apareció el freestyle competitivo. Y como inconscientemente lo tomé con la misma relevancia que tomaba el fútbol, de ir a entrenar, a jugar los partidos los findes. Lo mismo acá, practicar, ir a competir los fin de semanas.
Si lo tuvieras que definir…
-La definición más linda que le doy, es que es un contrapunto de ingenio donde vos me decís algo y yo te lo devuelvo, similar a un debate. Pero en criollo podemos decir que es un enfrentamiento con base en rimas, vos me podes decir lo lindo que me veo hoy, y yo te puedo decir lo capo que sos vos, pero rimando. Todo rimas, rimas y rimas.
De la escuela, a participar en competencias.
-La verdad si me pongo a pensar retrospectiva es totalmente increíble y real que haya pasado de competir en la escuela, en el recreo, a haber tenido la chance de salir campeón internacional en otro país como fue en Uruguay. De poder conocer otros países gracias al rap, y de poder tomar un avión por primera vez. La verdad que es increíble la evolución y ni siquiera siento que haya sido el final, siento que hay muchísimo más todavía y que estoy en el proceso de aprender siempre.
¿Cómo lo veías en la escuela?
-En ese entonces lo veía como algo que me entretenía, me parecía divertido y me gustaba. Siempre fui muy de dedicarme de lleno a cualquier cosa que haga. Y bueno, me pasaba lo mismo, llegaba a la escuela y capaz veía a otro chico que rimaba y rapeaba, y le decía «vamos a competir», es así como manija, y era entretenido.
El bastión, tu familia.
-Ellos la viven más que yo, ellos son mis barrabravas. Mi familia exclusivamente, si pierdo, ellos sienten la derrota 10 veces más. Capaz diga «uf que bajón, no pasa nada, hay otro evento mañana o el finde que viene», pongo la cabeza en eso. Y ellos capaz que quedan una semana entera hablándome de esa misma batalla que perdí o cómo perdí. Imagínate lo que es, siento que ellos me dan esa energía que me falta a mí.
Representante en Corrientes.
-Me llena de orgullo y me pone feliz, pero no por el lado de decir que soy el único. Sino por el lado de decir «no había nada y se pudo». Entonces significa que, si uno pudo con nada, cuando a mí me vaya bien, a los demás le va a ir bien. Van a decir «él pudo, yo puedo», y después van a venir 5, después de esos 5 van a venir 10, y después de esos, 15. Me pone más feliz y orgulloso saber que puedo servir como un ejemplo de que se puede.
¿Cómo es la previa a la competencia?
-Hoy por hoy, mi preparación es exigirme a mí mismo dentro de lo que es la práctica cuando estoy rapeando en mi casa. A hacer lo mejor que pueda, a errar y fallar todo lo posible ahí en mi casa o en la plaza competiendo. Y sumado a eso disfrutarlo, porque siento que muchas veces te exigís tanto que te olvidás que estás haciendo lo que te gusta.
Una improvisación de las rimas.
-La práctica hace al maestro, soy fiel creyente de que para mí el talento sí existe, pero no es un impedimento para nada. El talento lo único que te da es la facilidad de aprender más rápido que otro, cualquier cosa que te propongas. Pero la práctica hace al maestro, el cerebro funciona como mecanismos, y una vez que vos tenés el cerebro aceitado, mecanizado, tu cerebro ya actúa solo como podés: hablar, pensar, como vos respirás. Lo mismo con rapear, tu cabeza ya tiene mecanizada palabras, formas, entonces si tu cuerpo siente, no sé, que querés decir algo lindo, automáticamente tu cabeza te da sinónimos «hermoso, copado, fachero», y después con la práctica van saliendo solas las palabras.
Tu sueño de ser campeón nacional.
-Y me da piel de gallina cuando digo, pero hoy por hoy lo veo re posible para mí. Lo tengo re visualizado, tengo la foto en la cabeza, la imagen mía con la Bandera atrás siendo el campeón de Argentina, y diciéndole a todos los pibes del país, porque lo que busco es representar a mi amado país, pero diciéndole específicamente a los pibes de Corrientes, a los pibes que me vieron en las plazas, decirle: «Loco es posible, ustedes no están perdiendo el tiempo acá, hay algo más allá y es posible».
¿Cómo ves al freestyle en Corrientes?
-En Corrientes lo estoy viendo increíble, se suma mucha gente, pibes más chicos. Ya soy como de dos o tres generaciones anteriores a la que está actual, y por ahí cuando caigo a la plaza, veo así y me sorprenden lo bueno que son de entrada y lo chico que son al mismo tiempo. Yo empecé a la misma edad que ellos, 15 y 16, pero desde mi punto de vista yo era malísimo.
Al Red Bull, por segundo año.
-Imaginate que tanta gente competidora que hay en el país y estoy dentro de los 16 de una regional, es increíble. Básicamente un privilegio, también un mimo al trabajo que vengo haciendo todo el año de viajar provincia por provincia, sin cobrar un peso, sin nada.
¿Tu música?
-Obvio, mi plan de vida es trascender con la música, post freestyle, quiero ser un artista mundial que llene estadios, que haya salido en Corrientes, que la gente de afuera quiera ser de Corrientes.
Mi música va a apuntando a una sensación que siente todo aquel que siempre le faltó algo, aquel que viene desde abajo, que viene del barrio, que vio a sus viejos trabajar las 24 horas al día para darles de comer a él, a sus hermanos, y su familia. Mi música es eso, esas ganas de salir adelante, ese hambre de gloria, salir del anonimato hacia el estrellato.
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