Tras la renuncia de Elizabeth Gómez Alcorta al ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, se vienen nuevos cambios en el gabinete presidencial de Alberto Fernández.
Se adelantó la salida del titular de la cartera de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, mientras que la continuidad de Claudio Moroni en Trabajo es objetada por sectores internos del Frente de Todos vinculados al kirchnerismo, destacó La Nación.
Frente a ello Fernández analizará durante este fin de semana largo en la quinta de Olivos los cambios en los ministerios que quedarán sin conducción. El Presidente se mostró hasta ahora poco propenso a modificar su elenco de colaboradores y cada vez que lo hizo, pareció forzado por la interna de la coalición de gobierno.
En el caso de Gómez Alcorta, que se despidió del gobierno con una carta muy dura sobre la actuación de las fuerzas federales en el conflicto mapuche de la cordillera patagónica, lo más probable es que Fernández se incline por la actual secretaria del ministerio, María “Marita” Perceval, para reemplazar a la ministra renunciante. La exsenadora mendocina goza de la confianza de la vicepresidenta Cristina Kirchner, aseguran en el Frente de Todos.
Mientras el presidente Fernández madura esa definición, el ala femenina del Gobierno se ocupó de desmentir, este fin de semana, una versión que dio cuenta de la posibilidad de que el ministerio de Mujeres sea rebajado a la categoría de una secretaría de Estado. Lo hizo por medio de la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra; y de la portavoz presidencial Gabriela Cerruti.
Tras el fin de semana largo, el martes, Fernández viajará a San Martín de los Andes, en Neuquén, para inaugurar un hospital junto a la ministra de Salud, Carla Vizzotti, la única mujer que queda en el Gabinete luego de la renuncia de Gómez Alcorta. La presencia del mandatario en la región del conflicto con grupos mapuches obligará a reforzar la seguridad presidencial, mientras las fuerzas federales se despliegan en la zona de Villa Mascardi, cerca de Bariloche.
Se busca reemplazante
La anunciada salida de Juan Zabaleta del ministerio de Desarrollo Social, que de acuerdo a fuentes consultadas por este medio se concretará la semana entrante, pone al presidente Fernández ante la necesidad de pensar en su reemplazo. Entre los candidatos para ocupar el cargo están la diputada Victoria Tolosa Paz, una albertista; el legislador bonaerense Mariano Cascallares -con apoyo de Martín Insaurralde y de La Cámpora- y Ariel Sujarchuk, ahora cercano a Sergio Massa.
Fernández viene de compartir con Sujarchuk en Escobar, el distrito del que es intendente en uso de licencia, la proyección de la película “Argentina, 1985″, luego de recorrer la Fiesta Nacional de la Flor. Aunque los que le otorgan más posibilidades a Cascallares -otro jefe comunal, en su caso de Almirante Brown- apuntan que si dejara la banca en la Cámara de Diputados bonaerense, ingresará en su lugar Facundo Tignanelli, un dirigente de confianza absoluta de Máximo Kirchner.
El jefe del PJ bonaerense y de La Cámpora tiene un rol clave en la salida de Zabaleta de Desarrollo Social. Debe convalidar el regreso de “Juanchi” al municipio de Hurlingham, donde el camporista Damián Selci, jefe comunal interino, no tiene ninguna intención de ceder el sillón local. En juego comienzan a estar las candidaturas territoriales del Frente de Todos de cara a las elecciones de 2023.
El caso de Moroni
El ministro de Trabajo viene siendo duramente cuestionado por el kirchnerismo, que tempranamente lo inscribió en la lista de los “funcionarios que no funcionan” junto a otros colegas que ya no están en el Gabinete, como Marcela Losardo y Matías Kulfas. Pero Moroni se siente “tranquilo” y “respaldado por el Presidente”, según comentó a sus colaboradores más cercanos. Sin embargo, los rumores de cambios también abarcan a la cartera laboral.
El nombre de Sergio Palazzo, el secretario general de La Bancaria y diputado oficialista, sigue circulando entre los posibles reemplazantes de Moroni, cuya figura quedó desgastada tras el prolongado conflicto del gremio del neumático, que estuvo a punto de paralizar a las terminales automotrices. Tras recibir cuestionamientos de Andrés Larroque, un habitual vocero del kirchnerismo, Moroni se mostró nervioso en su exposición ante la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.
En plena discusión sobre el Presupuesto 2023, Moroni sostuvo que su gestión tiene un “récord de convenios colectivos homologados”, al tiempo que recibió una andanada de los diputados de izquierda -Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Romina del Plá- y el kirchnerismo no hizo realmente un esfuerzo por defenderlo. Por el contrario, el diputado Palazzo pidió la palabra solamente para manifestarse partidario de “una jornada laboral más reducida, sin reducción de salarios”.
En ese marco, no pasó inadvertido que Moroni afirmara que es dificultoso recuperar los salarios con el nivel de inflación actual -lo que se interpretó como un tiro por elevación contra otro sector del gobierno- y que asegurara, en la misma exposición, que los empleados en relación de dependencia solo perdieron “tres puntos reales” de poder adquisitivo durante su gestión, en un contexto global de pandemia y de guerra. “Estamos con un problema inflacionario severo”, dijo.
Pero la línea que baja el kirchnerismo no atiende las explicaciones de Moroni. El ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa, se diferenció de su par nacional al insistir en la necesidad de que se otorgue por decreto una suma fija al margen de las paritarias por la aceleración inflacionaria. Luego apuntó contra Moroni por la pelea salarial del Sutna. “El espíritu es que ante un conflicto con una patronal hay que tomar parte y estar con los más débiles”, advirtió.
Fuente: La Nación