A dos meses de la última crecida del río Uruguay, la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), realizó las esperadas obras de reparación en el puente Pariopá, ubicado en la Ruta 94, a unos 15 kilómetros de la ciudad de Santo Tomé.
Una cuadrilla de trabajadores de la DPV ejecutó los trabajos durante una semana y tras ello se estableció un cronograma de apertura al tránsito. Así, desde este viernes 26, se habilitó el tránsito liviano, es decir que pueden pasar por el lugar automóviles y camionetas, además de motocicletas, bicicletas y peatones.
Se prevé, en tanto, liberar por completo el tránsito en la zona, el lunes 29, a partir de las 8.
Vale mencionar que las sucesivas crecidas del rio Uruguay dañaron dos puentes sobre la ruta provincial, lo que afectó la conexión vital entre Santo Tomé, Garaví (a 45 kilómetros) y Garruchos (a 70 kilómetros). El primero, sobre el arroyo Itacuá, fue reparado y habilitado antes de las festividades de fin de año. Sin embargo, el segundo viaducto, sobre el arroyo Pariopá, no fue arreglado sino hasta ahora, lo que complicó a las dos comunidades.
El ingeniero Sebastián Sesma, de la DPV, aseguró a EL LIBERTADOR que ambos puentes, tanto el reparado en diciembre como el actualmente en proceso, mantienen su integridad estructural.
Sesma explicó que lo afectado fueron las losas de aproximación, es decir, las estructuras de hormigón armado que conectan el terraplén de la ruta con la estructura del puente. «En este caso, con las crecidas pasó que, como el agua superó el nivel del puente, pasó por arriba y en el sector de estas losas de aproximación, que es la llegada y la salida del puente, ‘lavó’ parte de las losas», detalló.
El especialista añadió que las obras buscaron restituir el apoyo estructural de esas losas mediante el uso de Relleno de Densidad Controlada 200 (RDC 200). «Las losas de aproximación son el nexo entre el puente y el terraplén de la ruta, o sea, son estructuras adicionales al puente», graficó.
Los trabajos se pusieron en marcha la semana pasada. Sesma indicó que la obra se dividió en dos etapas. La primera etapa consistió en la excavación y limpieza manual de las losas de aproximación de subida y de bajada del puente que fueron las afectadas.
«Se retiran todos los desechos que pudo haber traído la crecida que quedaron incrustados debajo de las losas para hacer un encofrado con madera y puntales para la segunda etapa», explicó sobre el proceso.
La segunda etapa implicó, «realizar calados desde arriba en la calzada de las losas de aproximación, creando oquedades para cargar el relleno de densidad controlada 200. Lo que se logra con esto es que las losas vuelven a tener apoyo, es decir, dejan de estar en el aire; ese es el objetivo de las obras», concluyó Sesma.
El restablecimiento de la conexión vial entre las localidades mencionadas y la ciudad cabecera, traerá sin dudas el alivio a los residentes que experimentaron dificultades de movilidad desde las inundaciones.
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