Los lapachos rosados son los protagonistas indiscutibles del paisaje urbano, con la llegada del final del invierno en Corrientes. Cada año, este fenómeno anticipa la primavera, llenando las calles, parques y plazas de color y vida, convirtiendo a la ciudad en un cuadro vivo que invita a detenerse y admirar.
El florecimiento de los lapachos es un espectáculo en sí mismo en la Capital. Estos majestuosos árboles, conocidos científicamente como Handroanthus impetiginosus y popularmente como “lapacho morado” o “lapacho rosado del Noroeste”, empiezan a desplegar sus flores hacia finales de agosto o inicios de septiembre. Sus tonos rosados realzan especialmente la costanera General San Martín, donde el paisaje se vuelve aún más encantador anticipando la temporada primaveral que traerá sus colores vibrantes.
En lengua guaraní a este árbol se lo conoce como «potý-ipé», «tayí-pichí», «tayí», «tayí hú», «tayí pirurú», «tayí piraí» o «ipé», mientras que en toba es llamado «aiajlái», «aialái» o «aialék». La diversidad de nombres refleja la profunda conexión cultural y natural que la región tiene con esta especie, cuyas flores son capturadas en cientos de fotografías, como testimonio de su efímera belleza.
Con el paso de los días, los lapachos comenzarán a cubrirse de hojas verdes para el inicio de la primavera.
Fotos: Luis Gurdiel, gentileza Visit Corrientes
Video: Luis Gurdiel