Por Gustavo Adolfo Ojeda (Especial)
Para EL LIBERTADOR
Yo le debo a Marily Morales Segovia, muchas cosas, no sólo la oportunidad laboral que arrancó en los finales de los años 70, como cobrador de las cuotas societarias de la Sade, que presidía…le debo muchas más oportunidades que se renovaron a lo largo de muchos años posteriores, y que en consecuencia generaron múltiples anécdotas, algunas digas de contar y otras dignas de guardar silencio.
El 15 de junio, Día del Libro y de la Poesía Chamamecera, hubiera cumplido años en esta vida terrenal la querida «Pombera» del Cambá Cuá y del Mundo; y hago esta aclaración de vida terrenal, porque hoy, en otro espacio Marily, seguro se encuentra escribiendo algo o pergeñando una acción cultural trascendente.
Avelino Núñez sigue sus pasos desde la presidencia de la Sade, que supieron presidir hombres de la talla de Aldo Graso, Franklin Rúveda, Gaspar Bonastre Florencio Godoy Cruz y Gustavo Sánchez Mariño y mujeres de gran prestigio en nuestras letras como Pilar Romano y Myrna Neumann de Rey, a quienes la Sade y otras entidades culturales de Corrientes públicas y privadas le deben un homenaje en vida por su aporte a la cultura de la provincia, aporte que trascendió las fronteras mismas de Corrientes.
Avelino Núñez, digo, sigue concretando pasos, que inspiró Marily Morales, tal vez emulando aquellos años de esplendor de la entidad que nuclea a los escritores locales. El Hermanamiento Cultural con Valencia España a través de la figura del novelista y escritor Vicente Blasco Ibáñez.
La Sade local entrega todos los años en este mes de junio Distinciones Honoríficas a escritores y periodistas locales, con el nombre del ilustre valenciano que también fue periodista y escritor.
Pero hay algo mayor aún, la edición de libros de autores locales a través de la editorial DD de la Sade local. Ya en los años 80, en la gráfica Gutiérrez de la calle España, casi Tres de Abril, las máquinas vomitaban libros de autores correntinos concretados a través del Fondo Editorial de la entidad. Fondo Editorial presidida por ella, y secundada por Blas Benjamín de la Vega, Carlos Marques Mantilla, la secretaria de Efraín Maidana, «el narrador de la noche» y la asesoría jurídica del doctor Carlos Gallino Yanzi. Paralelamente a la cuota mensual de la Sade, habría que nuclear e interesar a la mayor cantidad de suscriptores posibles para el éxito de la empresa editorial. Éxito que se alcanzó con creces, dado la feliz convocatoria y el entusiasmo que la revolucionaria idea, con onda cooperativa, había generado por esos tiempos, cuando la dictadura militar agonizaba y los aires de la democracia estaban cada vez más cerca.
Yo, entre otras cosas de ser «inspector», estaba cerca de Washington Galantini de Monte Caseros, que después fue diputado provincial en el 83; de Florencio Godoy Cruz, quien era mi profesor de Letras en la escuela secundaria de la regional; de Carlos Gordila Niella y Leonardo Verrastro, hermano de Lucía Verrastro, directora de la escuela y profesor de Biología, además de referente de la Sociedad Italiana de nuestra ciudad.
Y de estos cuatro nombres, suscriptores todos del Fondo Editorial, guardo algunas anécdotas.
Pero volviendo a la querida Pombera, la última noticia triste me anotició su hija Baby, en los pasillos del supermercado Impulso de la calle Tucumán de nuestra Capital.
Una tarde de encuentro casual, cuando ya la tarde se estaba yendo, me comento …»la Pombera está mal…su enfermedad es terminal…»; al otro día viajaba a Buenos Aires…cuando regresé a la ciudad, Marily ya no estaba con nosotros en esta vida terrenal…allí mi ingratitud…no tuve el valor y el coraje de verla enferma a la querida Pombera. Hoy, en este junio de 2021, una senadora provincial, la doctora Patricia Rindel, impulsa en el Cuerpo que integra, declarar cada 15 de junio Día de la Poesía y la Mujer Chamamecera, en su homenaje claro está.