Los empresarios forestales agrupados en la Federación Argentina de la Industria Maderera advirtieron que la oferta interna, a la cual el sector debió supeditarse con el cierre de fronteras tras la pandemia en 2019, se contrajo 50 por ciento, en el marco de un progresivo aumento de costos en insumos y servicios.
«A partir de la pandemia, el sector tuvo un crecimiento, los precios internacionales de los productos nacionales tuvieron un incremento en dólares, por tal motivo, las empresas incorporaron tecnología y mano de obra para hacer frente a la demanda», explicó Mercedes Omeñuka, secretaria de Faima y presidente de la Asociación Maderera de Corrientes.
«Luego, el mercado externo sufrió una fuerte caída y bajó la demanda de los productos nacionales, aumentaron los fletes marítimos y los precios dejaron de ser competitivos», añadió y subrayó: «La industria se volcó al mercado interno, al punto de que hoy hay más oferta que demanda».
En el «mercado interno, estamos viendo una fuerte caída en las ventas, en algunos casos hasta el cincuenta por ciento, y se nos hace muy difícil trasladar los costos a los precios, teniendo en cuenta el incremento de la energía. Así mismo, no hay efectivo y los plazos de venta se extendieron», sostuvo.
«Con un tipo de cambio inestable, precios internacionales bajos, disminución del consumo externo y recesión en el mercado interno, la forestoindustria atraviesa momentos complejos», expresó la empresaria, y detalló: «Tenemos industrias con sobrestock, sin rotación ni ventas. Necesitamos que el Gobierno tome medidas para incentivar el consumo interno, a través de viviendas y obras públicas».
ESTRATEGIAS
DE DESARROLLO
En este marco, la organización llamó a los candidatos a conformar el próximo gobierno a pensar en estrategias que acompañen al desarrollo de las pequeñas y medianas empresas de la forestoindustria, teniendo como eje central la construcción de viviendas de madera.
«Los gobiernos provinciales y nacionales deben tener como eje central la construcción con madera. Esto solucionaría dos problemas de nuestro país: por un lado, el déficit habitacional, y por otro, generaría una tracción importante para el sector en toda su cadena de valor», indicó, por su parte, Román Queiroz, presidente de Faima.
El empresario recordó que en 2017 el sector y los entes públicos llegaron a un acuerdo que estableció que el diez por ciento de la construcción de viviendas sociales se realizarían en madera y que «no se está cumpliendo».
«Mientras que no sea un eje central promocionar la construcción con madera y fomentar el mayor uso de materiales de madera en los planes habitacionales, no se logrará que la industria forestal en el país mantenga un ritmo sostenido de producción», indicó Queiroz.
.