Genaro Berón de Astrada fue el gobernador de Corrientes conocido como el “mártir de la libertad y la constitucionalidad”. Murió el 31 de marzo de 1839, comandando el Primer Ejército Libertador de Corrientes, contra Juan Manuel de Rosas, quien entre otras acciones se negó a permitir la libre navegación de los ríos, medida que perjudicaba el comercio y el desarrollo de la provincia, como reseñó la Cámara de Diputados de Corrientes en homenaje al prócer.
Sus restos descansan en el patio de entrada de la majestuosa Catedral «Nuestra Señora del Rosario» de la Capital correntina, y esta disposición tiene una razón de ser desconocida para muchos de los feligreses que asisten, así como de los numerosos transeúntes que pasan por la vereda de la calle Yrigoyen. En la visita al Templo Masón que realizó EL LIBERTADOR la semana pasada, se pudo conocer el por qué de esta decisión.
«Sus restos se encuentran en un nicho afuera de la Catedral, no lo dejaron adentro porque fue masón, pero tampoco lo pudieron echar porque gobernó la provincia», contaron.
Próceres como el General José Francisco de San Martín, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, Justo José de Urquiza, Bartolomé Mitre, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar, José Hernández, conformaron logias de masones a lo largo de la historia. Y en Corrientes, aparte de Berón de Astrada, también lo fueron Manuel Vicente Figuerero y Elías Abad.