Los gobernadores de Juntos por el Cambio (JxC) sostuvieron una nueva reunión por videoconferencia para discutir su posición frente a las modificaciones realizadas por el Gobierno en la «ley ómnibus».
Durante el encuentro, los mandatarios, representantes del radicalismo y del PRO, compartieron sus perspectivas y expresaron distintos puntos de vista sobre los cambios propuestos por Luis Caputo.
A pesar de algunas diferencias, acordaron volver a reunirse el próximo lunes. Se espera que hasta entonces la Presidencia proporcione detalles sobre las modificaciones y la forma en que serán implementadas.
Según se desprende del encuentro, la falta de contacto por parte del oficialismo generó malestar entre los representantes opositores.
En concreto, el posicionamiento de la oposición cambió con el anuncio de Caputo de eliminar el capítulo fiscal del proyecto para facilitar la aprobación del resto del articulado.
A pesar de las advertencias sobre posibles ajustes a las provincias, la propuesta unilateral del Gobierno central condujo a los gobernadores a revisar sus posiciones junto a sus legisladores, generando conversaciones en paralelo.
Para los gobernadores, la decisión de Caputo representó una marcha atrás del Gobierno y un aliciente para los sectores productivos, que habían expresado su malestar con las medidas relacionadas a los derechos a la exportación.
Cabe destacar que, en la semana, los funcionarios nacionales dialogaron con la Mesa de Enlace rural y el Consejo Agroindustrial Argentino.
EL PERONISMO SIGUE OBSERVANDO
Con el sacrificio del capítulo fiscal, por su parte, el Presidente buscaría garantizar la aprobación de la cesión de poderes extraordinarios y la ratificación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) desregulador.
El mensaje para la oposición es que el Gobierno hizo el gesto de flexibilidad que se le venía reclamando y que ahora, en compensación, se espera que el «peronismo dialoguista» aporte los votos para la aprobación de la ley.
Si ese objetivo se cumple, entonces la posibilidad de compensar la pérdida de recursos fiscales no se haría tan grave.
A días del tratamiento de la iniciativa sobre tablas, Caputo sigue sin dar detalles sobre por dónde puede venir el recorte, y de hecho no hay todavía medidas definidas, pero dio pistas sobre por dónde se está buscando en las partidas presupuestales por las que se transfieren fondos de la Nación a las provincias.
El año pasado, ese concepto equivalió a 2 billones de pesos, algo así como un punto del PBI.
Se trata de dinero que, desde la Casa Rosada, se aprueba por fuera del sistema de Coparticipación automática, y que incluye partidas para una diversidad de finalidades, desde obra pública y vivienda hasta incentivo docente, pasando también por asistencia financiera para afrontar remuneraciones del personal.
Las estimaciones que se hacen en el ámbito político es que, si se elimina el polémico capítulo fiscal, el Gobierno podría perder recursos fiscales por hasta el 1,5 por ciento del PBI.
Por lo pronto, la expectativa era que las retenciones a la exportación aportaran medio punto, lo mismo que la reinstauración del Impuesto a las Ganancias.
Una cifra similar entraría por el adelanto de Bienes Personales, en el marco de la nueva moratoria y blanqueo de capitales.
La suba del Impuesto País, que aportaría un 0,8 por ciento, en principio quedaría en pie, dado que no forma parte del capítulo fiscal de la ley, sino del DNU, que Milei aspira que quede ratificado después de su «gesto negociador».
CAUTELA, EN EL CONGRESO
Fuentes de los bloques dialoguistas ventilaron que, luego del anuncio de Caputo, hubo un pedido de cautela a la espera de tener mayores precisiones sobre los artículos puntuales que se retirarán. «Hay que ver si incluye lo de la Ley de Pesca, biocombustibles e hidrocarburos», comentaron.
La sensación que corrió por algunos despachos parlamentarios fue que el Gobierno central entendió que podía tener «un bautismo parlamentario con 22 votos en contra en jubilaciones y retenciones» y decidió cambiar de dirección.
Si bien algunos consideraron que se dio cuenta «un poco tarde», nadie adelantó ninguna otra traba para el tratamiento del proyecto.
El bloque aún sin
juicio claro
Los gobernadores aún no emitieron un juicio claro sobre cómo actuarán en el recinto, pero dieron algunas señales de sintonía positiva con distintos comentarios a través de las redes sociales. Por lo pronto, además de intentar ponerse de acuerdo como bloque, están en diálogo también con los referentes de Hacemos Coalición Federal, el bloque de Miguel Pichetto y Nicolás Massot junto a los cordobeses que responden al gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, y la Coalición Cívica de Elisa Carrió. Esa bancada estaba muy reacia al capítulo clave, y las voluntades que reúne serán claves para el destino de la iniciativa más importante para el Gobierno. También sus integrantes sopesan, puertas adentro, qué respuesta le darán al Gobierno de cara al debate en el recinto, previsto para el próximo martes.
Según deslizaron desde el PRO, en la reunión de hoy se ponderó la posibilidad de darle facultades para decidir sobre temas fiscales al Ejecutivo, una de las propuestas que había puesto sobre la mesa el Gobierno entre el jueves y el viernes, y que sería vetada. Tanto desde PRO como en el bloque de Pichetto aseguraron que «de ninguna forma el Congreso puede decidir sobre temas tributarios». En el Gobierno, en tanto, dijeron que no tienen planeado insistir con esa oferta.
El oficialismo, obligado
a consensuar
Durante el encuentro hubo algunos cuestionamientos vehementes contra Santiago y Luis Caputo, y nadie quiere dar un sí o un no definitivo aún. En principio esperan que los contacten para darles el detalle de los cambios que contó Caputo, y planean volver a reunirse el lunes, sumando a los jefes de los bloques de PRO, Cristian Ritondo, y a Pichetto, quizá de manera presencial.
Mientras tanto, el Gobierno espera ávido una respuesta de esos sectores. Sin la suficiente cantidad de legisladores propios -sólo tienen 38-, los libertarios están obligados a consensuar con la oposición aliada, que se plantó con las retenciones y las modificaciones previsionales y ahora, esperan, deberían estar satisfechos. Los cargos que les dieron a los cordobeses y a los referentes «amarillos», evidentemente, no fueron suficientes, por lo que debieron avanzar en concesiones por tandas. Ahora, la pelota está del lado de los dialoguistas.
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