La hermana Elizabeth Ndinda Musuvi realizó la profesión de Votos Perpetuos en las Hermanas Carmelitas Misioneras, en manos de la animadora provincial de la Congregación, Isabel Obregón y durante la misa que presidió el obispo de la Diócesis de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, en el Instituto Santa Teresa de Jesús.
La religiosa recibió las felicitaciones de las hermanas de la Congregación por la profesión perpetua, que expresa el acto de abrazar el estado religioso hasta la muerte mediante los votos de castidad, pobreza y obediencia,» a imitación de Cristo, casto, pobre y obediente».
LA PROCLAMA:
¡DIOS EXISTE!
En la homilía, monseñor Canecín manifestó que «estuve rezando mucho por la hermana Elizabeth, por su condición de persona, mujer y consagrada, a quien hoy le tocó dar este paso tan lejos de sus afectos humanos», al considerar que la religiosa llegó hace un tiempo a la Argentina, desde Kenia, su país natal.
«¡Qué grande que es Dios!», dijo el Obispo y remarcó que la hermana Elizabeth Musuvi «escuchó al Señor primero en su tierra, en su pueblo, familia y en su lengua. Aprendió a responder desde su cultura y fue madurando en el discernimiento». Dijo que «por seguir esta voz», fue recorriendo diferentes lugares, hasta llegar a Goya, para «aportarnos su presencia humilde, sencilla y siempre sonriente. Siempre alegre y discreta».
Al afirmar que cuando una persona se consagra es «una proclamación de que Dios existe y que Dios está vivo», planteó que «si Dios no existiera ¿Qué le mueve a una mujer a andar los caminos que está recorriendo?», por lo cual enfatizó que «esto es un grito a la existencia de Dios vivo».
Puntualizó que la Congregación de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas está integrada por «hermanas de distintas culturas» y es admirable la realidad que se vive en fraternidad, ya que sin embargo hoy «no podemos tratarnos como hermanos los que estamos bajo un mismo techo», señalando que «existen grietas profundas».
«Estas hermanas son «un grito profético de anuncio para el que tiene la capacidad de ver, escuchar, sentir y discernir», expresó con énfasis.
TESTIMONIOS
Por su parte la hermana Alcira Blanco, oriunda de Goya, dio un breve mensaje desde el carisma de la Congregación que fundó el beato Francisco Palau y en la línea de reflexión del obispo, sumó que «tenemos la espiritualidad muy fuerte de la comunión y la hermana Elizabeth hizo comunión en varios lugares, desde su tierra natal hasta llegar a Goya», por eso agradeció «la flexibilidad de su persona».
El carisma es «tan rico, que muestra las heridas que hay en el mundo y, nosotros tenemos que restaurar esas heridas».
También dieron sus testimonios agradecidos el vicario general de la Diócesis, presbítero Juan Carlos López y la hermana Teresa Castilla, superiora de la comunidad en la ciudad.
«Lo importante, confiar
siempre en el Señor»
GOYA. La hermana Elizabeth Musuvi comentó que nació en Kenia, África, en una familia católica y anglicana, y que desde su infancia «algo tenía dentro» y sentía el llamado a «servir a los demás, pero, muchas veces no sabía cómo hacerlo».
«Un día me encontré con una religiosa, cuando ya estaba terminando los estudios secundarios. Fue ella quien me explicó cómo es la vida religiosa y, desde ese momento comencé mi camino de discernimiento vocacional en mi país de origen», recordó.
Comenzó a formarse en un monasterio de Monjas Carmelitas durante 9 años y después cambió su «rumbo vocacional» y se inclinó por la congregación actual, cuyo primer destino fue España, donde siguió su formación durante 3 años y desde allí «mi destino fue esta querida tierra argentina».
«Hoy después de un gran tiempo de discernimiento, doy gracias a Dios porque puedo pronunciar mi sí para siempre al servicio de la Iglesia» al tiempo que reconoció «no es un camino fácil, pero el Señor siempre me da la gracia para superar todo. Lo importante es confiar siempre en el Señor», aseguró.
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