En las últimas semanas, distintos hechos de alcance mediático dieron cuenta de las tensiones latentes entre ambos países.
A los conflictos en Punta Ñaró, Yacyretá y Santa Fe, esta semana se sumó uno más en Formosa y una nueva seguidilla de declaraciones sin freno que, hacia adentro del Paraguay, animan a alzar las armas, una sucesión de estocadas diplomáticas e institucionales en clave de «guerra fría».
En las últimas horas, camiones de gas licuado de petróleo provenientes del país vecino fueron retenidos debido al requerimiento argentino de documentación del Ministerio de Energía y ante la Administración Federal de Ingresos Públicos -Afip-. Si bien los funcionarios apostados en la zona limítrofe aclararon que, «una vez completado estos requisitos podrán pasar la frontera», la ruta quedó abarrotada de los enormes vehículos.
El hecho se produjo en el paso fronterizo entre Puerto Pilcomayo (Argentina) e Itá Enramada (Paraguay), lo que provocó un reclamo de la Cámara paraguaya del Gas, puesto que además se investigó el cargamento, acusando una subvaloración de la carga trasladada, según detalló el director general de Aduanas argentino, Guillermo Michel.
El reclamo lo dio a conocer el titular de Ingresos Tributarios del territorio guaraní, Óscar Orué, quien se comunicó de manera oficial con Michel.
Lo cierto fue que, en la frontera, más de una docena de camiones fueron retenidos, emulando lo sucedido semanas atrás con las barcazas paraguayas en la Hidrovía, debido a la obligación establecida por el Gobierno de Argentina, de abonar un canon de carácter retributivo para continuar viaje.
Esta requisitoria provocó la «ira institucional» del presidente, Santiago Peña, que de inmediato tomó una represalia que incluyó la quita de energía. El Estado paraguayo, dejó de venderle al Estado argentino la generación energética de Yacyretá. Puesto que los guaraníes consumen un leve porcentaje de lo que se produce, vendiendo el sobrante a la jurisdicción lindera. Dicha acción se dio alegando una deuda millonaria que mantendría la gestión de Alberto Fernández.
«La decisión tomada responde a la defensa de los intereses de Paraguay. Estamos cediendo energía a un país que no nos está pagando lo que corresponde. Hoy por hoy queremos que se honren los compromisos con la energía de Yacyretá», señaló el presidente en ejercicio de la represa, Pedro Alliana.
PARAGUAY RECLAMA
ANTE LA ONU
Paradójicamente, en las mismas jornadas, los representantes de la ONU oían otra versión descabellada del canciller Rubén Ramírez Lezcano.
«Los países mediterráneos precisan de un acceso sin trabas, eficiente y eficaz al mar, por todos los medios de transporte, sobre la base de la libertad de tránsito», reclamaba en la reunión anual de la ONU, en Nueva York, en clara disputa sobre el canon.
Sin hacer referencia al eje del conflicto, el reclamo argentino en reconocimiento a los servicios prestados por el mantenimiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay, el canciller instó a los representantes de la organización mundial hacer uso de su capacidad de observancia del derecho internacional y el cumplimiento de los diversos acuerdos y convenios sobre tránsito y facilitación del comercio.
Ramírez Lezcano sólo se limitó a destacar que Paraguay busca convertirse en un territorio clave para la integración física de América Latina y que para eso ha invertido importantes recursos financieros en la conectividad física a nivel nacional y regional, desarrollando y proyectando el Corredor Vial Bioceánico, el que, una vez culminado, prometió, unirá el Atlántico con el Pacífico.
«A pesar de estos esfuerzos, persisten desafíos, especialmente, en lo que respecta a la libre navegación de los ríos, que reviste una importancia crucial para el comercio internacional. Nuestros países precisan de un acceso sin trabas, eficiente y eficaz al mar y desde el mar, por todos los medios de transporte, sobre la base de la libertad de tránsito», expresó el ministro Lezcano, en alusión a lo que luego fue difundido en Paraguay como «trabas impuestas por Argentina».
CUATRO CISTERNAS
LIBERADOS
Ayer, cuatro de los camiones cisternas cargados fueron retenidos en Argentina, llegaron al Paraguay luego de una exhaustiva pesquisa, liberados por peligro de fuga.
Alrededor de las 17, los camiones continuaron su ruta a través de la balsa El Carmen.
Los mismos están cargados con gas propano, un material altamente inflamable, que causó temor a los camioneros y a los pobladores del Puerto Pilcomayo por el peligro de explosión ante las altas temperaturas registradas en las últimas jornadas.
Uno de los camiones pertenece a Petróleos Paraguayos (Petropar) y los demás son de empresas privadas, informó NPY.
Según detalló el representante del sindicato de Petropar, Gerardo Parodi los cuatro camiones liberados «eran los que estaban más comprometidos».
El gremialista sostuvo que los bomberos voluntarios fueron al lugar a enfriar los vehículos y que los cuatro que llegaron eran «los que estaban con mucho más peligro».
En paralelo, el director nacional de Ingresos Tributarios, Óscar Orué señalaba a Radio Monumental 1080 AM que, tras una conversación con Guillermo Michel, director general de Aduanas, se precisó que la detención se debía a pesquisa por posible corrupción en el blanqueo de la carga, revelando la detección de la subvaloración de los productos transportados.
Diputado paraguayo llama a las armas
El diputado Rubén Rubín, de Hagamos, haciendo uso de la palabra durante la sesión de esta semana en Cámara de Diputados en el momento en que se trataba las relaciones del país con Argentina, manifestó su deseo de ir a la guerra.
«Yo, como joven, iría a la guerra», dijo el parlamentario, que también habló de misiles que alcancen a zonas claves de la región.
En su alocución, Rubín mencionó el roce entre Paraguay y Argentina por la tensión política y el conflicto de la Hidrovía y Yacyretá; inmediatamente después, agregó que el presupuesto para el Ministerio de Defensa debe ser una prioridad, según reflejaron ayer distintos medios paraguayos.
«Yo, como joven paraguayo, sí iría a la guerra. Sin duda iría a la guerra por mi patria», sostuvo.
El legislador incluso dijo que en su opinión lo primordial no es la cantidad de soldados o efectivos con que cuentan las Fuerzas Armadas Paraguayas, sino la tecnología con que contaría para iniciar un conflicto bélico.
«Misiles que alcancen a zonas claves de la región, misiles que protejan nuestros recursos», manifestó.
«Eso, por ejemplo, me parece una locura, pero no es culpa de Argentina, sino nuestra. ¿Cómo puede ser que Estados Unidos le esté dando préstamos para la compra de armamento a un país que trabaja con China?», indicó.
Finalmente, agregó que Estados Unidos no le permite a Paraguay trabajar con China, sólo con Taiwán.
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