Dra. María Laura Aquino (Especial)
M.P. 6.306 Médica Clínica y Laboral
Hace 4 años el Covid-19 llegó a nuestras vidas y lamentablemente, no quiere irse. Pero depende de cada uno de nosotros, si le damos cabida o lo alejamos -de nosotros y nuestros seres queridos-. Las medidas de prevención ya las aprendimos, aunque no siempre son puestas en práctica.
Al momento de escribir este artículo, se informaba en medios nacionales que «de un piso de 70 casos diarios promedio que veníamos a fines del año pasado, en pocas semanas llegó a 472 casos diarios -promedio- del lunes 8 al domingo 14», y esas cifras siguen en aumento al día de hoy.
En el mismo sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que «el número de infecciones de Covid-19 estaba en ascenso en todo el mundo, con un aumento del 52 por ciento en un mes -del 20 de noviembre al 17 de diciembre de 2023-«, y afirmó que «se espera que la tendencia continúe en los próximos meses de invierno boreal».
Los nuevos contagios no sólo se circunscriben a países donde ahora mismo hace frío. También se dan en nuestro país, en la región y en nuestra provincia; en algunos casos de manera conjunta con el dengue, desafortunadamente.
Hay que estar muy atentos ante los síntomas. La fiebre, el dolor de garganta, las molestias en las articulaciones pueden confundirse con gripe común y en la tranquilidad de ese «autodiagnóstico» se produce el contagio a otras personas. Recordemos que el Covid-19 sí se transmite de persona a persona, a diferencia del dengue, que lo hace a través del mosquito.
Muchos hablan de prepararse para el otoño-invierno, pero yo prefiero que la prevención sea en todo momento, todo el año. Y más aún, en lo que queda de este verano. El Covid-19 nunca se fue.
«Hay que recordar que el virus se transmite por aire, por lo que la ventilación sigue siendo una herramienta clave. El aire acondicionado no es ventilación, por lo cual se sugiere abrir las ventanas en espacios cerrados, al menos por algunos minutos, todos los días», sugieren los expertos. Y es correcto.
A muchos nos pasa que en la familia tenemos integrantes muy calurosos. Pero podemos abrir ventanas en las mañanas y las tardes, alejados de los horarios «pico» de calor. No olvidar al mosquito Aedes aegypti. Si es factible, colocar a las aberturas, una red protectora (mosquitero). Volver a las medidas de las abuelas, no está mal.
Asimismo, hay que mantener las medidas higiénicas de lavado de manos y uso de barbijos cuando sea necesario. Un ejemplo de esa necesidad, es cuando tenemos síntomas compatibles con el Covid-19.
Y aunque se aleje de nuestra cultura: no compartir mates o tererés, vasos y otros elementos de uso cotidiano. El abrazo en medio de una congestión, estornudos o tos, puede esperar.
Otro dato no menor es la importancia de las vacunas en el caso de las personas mayores de 50 años, embarazadas y/o con otras enfermedades (diabetes, hipertensión, obesidad, por citar sólo algunas).
En plena época veraniega, el Covid-19 se autoinvita a pasar con nosotros. Y está en cada uno de nosotros no dejarlo entrar.
Si bien se habla de nuevas variantes, los síntomas comunes siguen siendo: tos, fatiga, dolor de cabeza, dolor de garganta, fiebre, congestión, secreción nasal, estornudos, dolores musculares, sensación de ahogo, pérdida de olfato y de apetito, taquicardia y diarrea.
La consulta debe ser inmediata
La consulta debe ser inmediata, para evitar consecuencias graves.
La falta de aire y la fiebre persistente deben ser tratadas lo antes posible.
El Covid-19 causó mucho daño y dolor. Colaboremos, todos, para erradicarlo. Es la deuda que tenemos con quienes batallaron contra el virus, años atrás, sin mucha información ni vacunas. Ellos no pudieron vencer. Nosotros, contamos con las herramientas.
Algunos pacientes me preguntaron si podían colocarse la vacuna contra el Covid-19 y contra la gripe juntas. Sí, se puede. De hecho, hace varios años, algunas provincias lo vienen haciendo. Es importante contar con el carnet respectivo, para hacer el correcto seguimiento.
Importante, reforzar a los 6 meses
El Ministerio de Salud de la Nación señaló hace unos días que «es importante que todas las personas cuenten con esquema primario y al menos un refuerzo aplicado en los últimos 6 meses», en relación al Covid-19.
Tener en cuenta:
• Menores de 50 años, sanos: corresponde una dosis de refuerzo al año (esquema inicial completo).
• Menores de 50 años con comorbilidades (diabetes, hipertensión, asma y otras patologías o personal de salud): corresponde aplicarse una dosis de refuerzo a los 6 meses y luego una vez al año (esquema inicial completo).
• Mayores de 50 años, inmunocomprometidos y personas gestantes: corresponde una dosis de refuerzo cada 6 meses (esquema inicial completo).
Es necesario acudir al médico
de confianza
En estos años, he asistido a pacientes que manifestaban tener falta de aire, temiendo una neumonía; pero en el diálogo sincero y el diagnóstico clínico de rigor, se comprobó que la dicha falta de aire se debía a una crisis de ansiedad.
Es sólo un ejemplo sobre la importancia de los profesionales de la salud. Además de la medicación, damos al paciente: tranquilidad, paciencia y empatía, como pilar fundamental del tratamiento.
En el caso citado, sugerí además, técnicas de respiración diafragmática que funcionaron muy bien en esa persona y en otras que me tocó asistir a lo largo de estos años.
Lógicamente, no todos los casos son iguales. Cada persona transita el Covid-19 de manera diferente, de acuerdo a patologías y características propias.
Insisto en algo que siempre digo en el consultorio: las vacunas son muy importantes, pero también lo es mantener hábitos saludables de alimentación consciente y ejercicios regulares (caminatas diarias de al menos 20 minutos, estaría muy bien), administración del estrés cotidiano y el espíritu en alto.
¡A no bajar la guardia!
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