La presidente de PRO Diversidad, Mara Pérez Reynoso llegó este jueves a Corrientes en el marco de una gira que comenzó el miércoles en el Chaco y continuará mañana en Formosa. Su visita a las provincias del Nordeste Argentino (Nea) tiene como objetivo principal apuntalar la conformación de los equipos del espacio que lidera desde 2021.
En la descripción de su página web, Mara destaca que desde muy joven tuvo “el placer de conocer de cerca y colaborar con mujeres fuertes de la política argentina como Lilita Carrio y Patricia Bullrich”. Además, fue la primera funcionaria nacional trans del país, cuando ocupó el cargo de Coordinadora Nacional de Diversidad en el Ministerio de Seguridad durante la presidencia de Mauricio Macri.
En un paréntesis de su cargada agenda, marcada por reuniones con funcionarios provinciales y referentes locales del PRO, Mara pasó por EL LIBERTADOR para una entrevista en la que habló del espacio que encabeza y sobre los prejuicios que existen en torno al partido que representa. También analizó la diversidad dentro de la política y opinó la ley de paridad de género.
– ¿Qué es Diversidad PRO?
– Es el espacio de diversidad del partido Propuesta Republicana. En 2013 empezamos y en 2021 se formaliza como equipo en 18 provincias. Ahora estamos trabajando para estar constituidos en el resto del país.
– ¿Cómo surgió?
– La agenda te lo marca. Los partidos políticos son, sin lugar a dudas, una representación de la sociedad misma y la agenda partidaria o institucional del partido te la marca las necesidades y los intereses de la sociedad. Todo lo que es Derechos Humanos, cuestiones LGBT y de diversidad está teniendo un rol importantísimo. Tampoco podemos negar que dentro de los afilados del partido y de quienes ocupamos una función partidaria, muchos pertenecemos a la diversidad ya sea religiosa o LGBT, como es mi caso.
Ser una chica trans y formar parte del PRO parecía en el común de la gente como algo medio imposible. Ante ese prejuicio, que era notorio, existía esa necesidad de visibilizar que en el PRO hay personas trans.
– ¿De dónde nace ese prejuicio?
– El PRO es una fuerza relativamente joven y como históricamente los temas de Derechos Humanos y LGBT fueron liderados casi hegemónicamente por una fuerza política, que surja otra fuerza se presta a prejuicios. Hay que considerar también un relato muy fuerte en cuanto a “el PRO votó en contra del matrimonio igualitario o de la identidad de género”. La verdad es que no es así cuando vamos a la versión taquigráfica de la Cámara de Diputados o del Senado y buscamos cómo votó cada legislador, y muchos de Frente para la Victoria votaron en contra. Pero en el inconsciente de la gente queda que el PRO votó en contra y eso se repite. Y no había desde el partido alguien que diga “momento, en realidad estuvo dividido”, porque hay diputados que votaron a favor, otros que no acompañaron y otros que no quisieron participar en el debate. Ese prejuicio va alimentado de que nunca salimos a dar explicaciones y el silencio otorga.
– ¿Qué análisis haces de la diversidad en la política en general?
– Veo mucha hipocresía en cada uno de los discursos y las presentaciones. Esto pasa en todos los partidos políticos. Veo que es políticamente correcto mostrar diversidad, pero, en rigor de verdad, en los lugares de decisión relevantes no está reflejado esto. La diversidad está reflejada en el discurso, en tenernos en cuenta al momento de hablar, en la foto o al salir en la tele, pero la realidad es que puertas a dentro eso no está reflejado.
– ¿Estás de acuerdo con los cupos para los cargos políticos?
– Siempre hago una diferenciación entre mi opinión personal por experiencias y vivencias propias, y por otro lado el aspecto más bien filosófico o ideológico. Filosóficamente o ideológicamente no estoy de acuerdo con ninguna ley de cupo.
Siempre destaco el cupo universitario para negros en Estados Unidos, que sirvió para que la gente de color llegue a estudiar en la universidad, porque si no hubiese habido ley cupos seguramente no iba a haber personas de color en la universidad. Entonces, cuando la ley de cupos es lo suficientemente pequeña para garantizar el acceso a un sector que está vulnerado y que no tiene chances, me parece que la aplicación está buena.
Ahora, yendo a la experiencia personal de ser de un pueblito bonaerense chiquito que se llama Coronel Martínez de Hoz, recuerdo cuando antes estaba en Buenos Aires el 30 por ciento de mujeres en la conformación de las listas electorales, que ahora es una ley nacional. Ahí pasaba que, legítimamente, no había el 30 por ciento de mujeres en el pueblo que quieran formar parte de la política. Entonces salían los partidos políticos a pedir por favor que alguna mujer que no quiera ser candidata a nada preste el nombre porque o sino la Justicia no les legitimaba la lista; ahí el cupo empieza a ser un condicionante. Entonces, cuando la implementación de la ley de cupos pasa a condicionar la libertad de las personas, no la acompaño. Yo soy muy liberal desde cuajo en ese sentido, y si hay mujeres que quieran ser candidatas que lo sean, pero no con cupos; que sean la cantidad que quieran.
– ¿Como mujer trans te costó tu carrera política o te sentiste discriminada?
– Sí, profundamente. Me pasó en el 2021 por primera vez cuando hablé con el partido y manifesté el hecho de querer ser candidata, porque después de cuatro años de gestión en el Ministerio de Seguridad sentía que estaba preparada y tenía el respaldo de haber estado cuatro años en una cartera tan difícil y compleja como fue Seguridad. Lo expresé y aquí estoy. Existen estas cuestiones de a veces priorizar a otros. A veces está la legitimación del pueblo para ser candidata, el ok de los dirigentes, pero, en ese camino de llegar hasta el que tiene la lapicera para armar la lista, los nombres se pierden. Cualquier político de cualquier partido va a decir que hay veces que sos candidata y a último momento se hizo un acuerdo y entró otro. Eso siempre pasa, pero el tema es que no siempre pase con las mujeres o con las personas de la diversidad.
– ¿Pensás intentar ser candidata nuevamente en 2023?
– Creo que por eso empecé a recorrer el país, para decir lo que pienso. No solo somos personas que tienen una agenda LGBT, sino que también nos interesan y estamos dispuestos a representar las cuestiones de seguridad, del campo y a los sectores productivos. Y también representar un poco ese hartazgo que tiene la sociedad de la política tradicional y de los políticos de siempre. Hoy por hoy, quiero llevar adelante estas ideas de querer estar en política sin ser más de lo mismo y no pensar de la misma manera. Me parece que es momento de arremangarse, involucrarse y poner la cara.
– Según las encuestas Juntos por el Cambio tiene muchas chances de ganar las elecciones presidenciales del año que viene. Si llegan al Gobierno ¿Qué impronta creés que le deberían dar a la gestión en cuestiones de diversidad?
– Creo que, sin lugar a dudas, la primera etapa del Gobierno de Cambiemos sirvió para dar a conocer y dar testimonio de que hay un sector de la población de diversidad que no es de izquierda ni kirchnerista y que es votante de Juntos por el Cambio. Hemos tenido ministros gays, Canciller gay, funcionaria de Seguridad trans, subsecretarias lesbianas y lo que destaco de nuestro espacio es que no hacíamos una bandera de ello. Eso me parece que también habla de lo que pensamos. Creo que si existiese un segundo tiempo en Cambiemos, como dice tituló su libro el expresidente (Mauricio Macri), sea quien sea quien esté presidiendo el Gobierno, el paso que sigue es empezar a trabajar con armonía y desde el sentido común una agenda de políticas públicas enserio sobre diversidad, que sea armoniosa y garantice los derechos, pero respetando también a las personas que no son LGBT.