El Centro de Interpretación Jesuítico Guaraní de La Cruz se encuentra en su etapa final de construcción. Está ubicado en la intersección de las calles Belgrano y Lucas de Soto, frente a la plaza San Martín, principal espacio verde de la localidad que en la actualidad también está siendo restaurada por el Gobierno provincial, a través de la Coordinación de Proyectos del Ministerio de Obras y Servicios Públicos.
Esta iniciativa turística «busca remembrar el pasado jesuítico de esa región de Corrientes y dar a los visitantes una noción más clara, auténtica e histórica de los que fue ese lugar tres siglos atrás», detallaron voces oficiales.
DETALLES
DEL CENTRO
El Centro de Interpretación propone esta vivencia a través de objetos y representaciones, y al trazar un recorrido por el pueblo en el que se identifican algunas de las antiguas edificaciones que todavía se encuentran intactas, como el reloj de sol y los hornos.
En el edificio, donde ya se encaran trabajos de terminación, se configura con dos grandes volúmenes unidos por la circulación principal dentro del mismo, la cual se encuentra demarcada por una pérgola que señala el ingreso al conjunto del edificio y a la sala de interpretación propiamente dicha.
Siguiendo el recorrido de la pérgola se llega al segundo volumen que alberga un espacio interior abierto y fluido. Allí los visitantes podrán encontrar una pequeña exhibición que consiste en diferentes materiales y objetos de la época jesuítica-guaraní.
Al final de la sala, se encuentra demarcado el plano de la disposición del antiguo pueblo jesuítico y sobre las paredes se representan las edificaciones más representativas de la época. La visita se complementa con la sala audiovisual para proyecciones y reuniones.
Todo ese conjunto, se completa con una oficina, un aula-taller, los baños y depósito, un gran hall de acceso y de recepción y un bar-confitería que se encuentran en el primer volumen.
HISTORIA
«Yapeyú, La Cruz, Santo Tomé y San Carlos fueron incendiados y saqueados en 1816 por tropas lusobrasileñas, después fueron recuperados por Andrés Guacurarí y devuelto a sus hermanos guaraníes», narró en director de Turismo de La Cruz, Tape Manuel Córdoba, en una entrevista anterior con EL LIBERTADOR sobre el camino del guaraní, por la costa del río Uruguay.
«Nuestro trabajo, desde hace 30 años, es recuperar ese patrimonio que está bajo tierra», aseveró en esa ocasión, al compartir el relato de una ciudad que asumió el compromiso de recuperar su pasado y su herencia.
Córdoba explicó que en el Centro de Atención al Visitante se rescata todo lo referido a la gran batalla a orillas del Mbororé, donde participaron 4.500 guaraníes al mando de sus caciques y el acompañamiento estratégico de los jesuitas.
Tras ganarla, en 1641, se logró erradicar a los invasores que venían a cazar a los aborígenes para venderlos como esclavos en São Pablo o Río de Janeiro.
Para ellos fue trascendental esa victoria, porque a partir de ahí se dieron los asentamientos y el esplendor de todas las reducciones jesuíticas. En agradecimiento, tallaron la imagen de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé.