El senador republicano, Jim Risch pidió a Santiago Peña que reactive el proyecto para que militares estadounidenses se instalen en la Hidrovía Paraguay-Paraná y en la Triple Frontera. El reclamo se dio durante la gira del presidente por Washington, donde se reunió con una serie de congresistas republicanos y demócratas para abrir el juego en la relación bilateral.
El objetivo sería «frenar la influencia de la República Popular de China en la región», que está interesada en administrar tramos de la autopista fluvial. «Estados Unidos debería trabajar para mejorar el crecimiento económico del sector privado en Paraguay y proteger la soberanía de Paraguay sobre la infraestructura estratégica», dijo el Senador tras recibir a Peña en el Capitolio. El gobierno paraguayo no confirmó el pedido de Risch.
«También debemos alentar a Paraguay a trabajar con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE UU a lo largo de la importante vía fluvial Paraná-Paraguay. Reforzar nuestra cooperación económica y de seguridad disuadirá a los actores externos malignos, protegerá la vital producción mundial de alimentos y promoverá la seguridad y la prosperidad mutuas», aseguró la oficina del congresista.
COINCIDENCIAS
CON EL
COMANDO SUR
Risch le dijo a Peña que los dos países «deben trabajar juntos para abordar la creciente presencia del Partido Comunista Chino en el hemisferio occidental». Esta semana, el Presidente declaró en una entrevista con Infobae que estaba muy preocupado por el avance de China en países como Argentina y Venezuela. Ambos lidian con problemas económicos de los que China se aprovecha, según su diagnóstico, ofreciendo créditos accesibles y financiamiento a obras de infraestructura que están dirigidas a facilitar el envío de productos hacia el gigante asiático.
El discurso de Peña coincide con el de Laura Richardson, jefa del Comando Sur, con quien también se reunió en su gira por Washington. La definición sobre la presencia o no de los militares norteamericanos en la Triple Frontera se encuentra en stand by, no tanto por una postura soberanista del Partido Colorado, sino porque Argentina se opuso al mismo cuando la concesión de la Hidrovía vencía y pasaba al control de la Administración General de Puertos.
Cabe recordar que, además, el proyecto de ley para tal fin no tuvo éxito debido a que la bancada del Frente Guasú lo impidió. Las objeciones radican en que EE UU aspira a ingresar unilateralmente, puenteando la Ley de Contrataciones Públicas, con la intención histórica de mejorar la navegabilidad en detrimento a las condiciones ambientales del río Paraguay, las pérdidas para poblaciones ribereñas, pescadores y otras afectaciones más. El rechazo también responde a que hay suficientes estudios sobre la Hidrovía realizados por profesionales locales, por lo cual no tendría demasiada lógica acudir a los estadounidenses.
Iniciativa «congelada»
El canciller, Rubén Ramírez Lezcano afirmó que el proyecto para traer a los estadounidenses estaba congelado y advirtió que los conflictos geopolíticos no deberían trasladarse a la relación entre Paraguay y sus vecinos, más preocupados por crecer económicamente.
A contramano
Al contrario de la lectura paraguaya del escenario continental,el presidente de Estados Unidos, Joe Biden recibió por sorpresa el viernes 27 en la Casa Blanca al canciller chino Wang Yi, en lo que supuso el encuentro de mayor rango que ha tenido el mandatario con un funcionario chino en el último año. Según un comunicado de la Casa Blanca, Biden expresó ante Wang que «Estados Unidos y China tienen que gestionar su rivalidad y su relación de manera responsable, con líneas de comunicación abiertas» y «trabajar juntos para afrontar los retos globales». Washington lleva meses intentando limar asperezas con Pekín, una necesidad que cobra todavía más urgencia ante el estallido de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza.
Competitividad
En octubre de 2022, un informe del Eno Center for Transportation expuso el interés estratégico de la Casa Blanca en la Hidrovía. El informe dice que el río Paraguay «es el más desarrollado y, hasta hace poco, el más utilizado en América del Sur» y que la «inversión histórica lo convierte en una valiosa comparación con el sistema de vías navegables interiores de los Estados Unidos». El documento destaca que por allí circuló hasta 2018 «20 millones toneladas por año», y en el río Paraná la existencia de 3 represas y 5 represas no navegables.
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