En los últimos días, los correntinos se volcaron masivamente a supermercados y comercios de todo tipo ante la alta posibilidad de que se produzca un brutal estallido inflacionario como consecuencia de las primeras medidas de ajuste que tomará el recién asumido presidente Javier Milei.
Supermercados
Desde mediados de la semana anterior y durante el fin de semana, se pudo ver un fuerte aumento del consumo en supermercados minoristas y mayoristas, impulsado por las malas expectativas sobre los precios, la cercanía de las fiestas de fin de año y el dinero fresco que tienen las familias por el cobro de sueldos, jubilaciones y otros ingresos.
Acostumbrados a las fuertes remarcaciones luego de elecciones y de circunstancias políticas especiales, como la asunción de un nuevo Gobierno, la gente buscó comprar la mayor cantidad de alimentos, bebidas y productos de limpieza posibles, especialmente aquellos que no son perecederos o que se pueden mantener durante bastante tiempo en el freezer.
Como ya se dijo, la cercanía de las fiestas fue uno de los motores de la estampida de consumo y eso se vio reflejado en el tipo de productos que se compraban. «La gente se llevó mucho asado, matambre, peceto, lengua y ese tipo de cortes que se usan para las cenas del 24 y el 31 (de diciembre)», comentó a EL LIBERTADOR un carnicero de un reconocido supermercado ubicado sobre avenida Maipú.
En este contexto, un trabajador de un mayorista que se encuentra sobre la Ruta Nacional N°12, dijo: «Hicieron las compras de fin de año un par de semanas antes. Se llevaron muchas cajas de sidra, ananá fizz, vinos, fernet, packs de cervezas y de gaseosas».
Un dato a tener en cuenta es que no fueron pocos los que se endeudaron con la tarjeta de crédito para poder solventar las compras, una estrategia que no es recomendada por los especialistas en economía en el actual contexto.
Los que saben del tema indican que hay que tratar de no utilizar la tarjeta de crédito en estos tiempos, ni siquiera sin interés, ya que el propio Milei anticipó que la Argentina atravesará una estanflación en los próximos meses, lo que significa que la inflación estará en valores muy altos, mientras la actividad económica se frenará, lo que implicaría pérdida del valor real de los salarios, como mínimo, y de puestos de trabajo como peor escenario.
Ante este panorama, no es recomendable endeudarse, ya que si bien la inflación hará que algo valga mucho más en poco tiempo, los salarios no subirán a la par de las remarcaciones de los productos y servicios. Por ese motivo, muchas familias podrían tener dificultades para pagar las tarjetas de crédito.
Es así que la mejor opción, según los economistas, es stockearse, pero pagando al contado.
Ropa y juguetes
Otro rubro que tuvo alta demanda en la última semana fue el de la indumentaria, también promovido por la cercanía de las fiestas.
«La venta fue el equivalente a la que se suele dar en los días previos a Navidad y Año Nuevo. La gente se adelantó y compró por temor a que suba todo», relató una vendedora de un local de la peatonal Junín.
Algo parecido, aunque en menor medida, sucedió con los juguetes, como contó a este medio el encargado de un local de ese rubro. «Los que pudieron ya compraron los regalos para la Navidad, aunque la mayoría optaron por las cosas más baratas», explicó.
Por último, en las estaciones de servicio también se observó hasta el jueves un fuerte incremento de la demanda, que se frenó totalmente el viernes cuando Shell, YPF y las otras marcas aplicaron fuertes subas cercanas al 30 por ciento en sus productos.
«Hasta el jueves a la noche los autos y motos venían uno tras otro, incluso había momentos en los que se nos formaban filas, aunque no como las que hubo cuando faltó nafta. Pero a partir del viernes, cuando se conoció el aumento, todo volvió a la normalidad e inclusive menos que eso», mencionó un playero de una estación de servicio que se encuentra sobre avenida Independencia.
Lo que viene en la economía
Todo esto ocurre en la previa de las primeras medidas económicas de la presidencia de Milei, que según informaron los medios nacionales, y dio a entender el propio mandatario en su discurso del domingo, sería un fuerte aumento del tipo de cambio oficial, lo que se trasladaría inmediatamente a las góndolas. Por esto, se prevé que la inflación de diciembre podría llegar al 20 por ciento, mientras que en enero y febrero algunos estiman que alcanzaría el 40 por ciento en cada mes.
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